Autorretrato de Rafael. |
(Raffaello Santi, también llamado Rafael
Sanzio o Rafael de Urbino; Urbino, actual Italia, 1483 - Roma, 1520) Pintor y
arquitecto italiano. Por su clasicismo equilibrado y sereno basado en la
perfección de la luz, la armonía en la composición y el dominio de la
perspectiva, la obra de Rafael Sanzio constituye, junto con la de Leonardo da
Vinci y Miguel Ángel Buonarrotti, una de las más excelsas realizaciones de los
ideales estéticos del Renacimiento.
Las tres Gracias |
Su padre, que fue el pintor y humanista Giovanni Santi, lo
introdujo pronto en las ideas filosóficas de la época y en el arte de la
pintura, pero falleció cuando Rafael contaba once años; para ganarse la vida, a
los diecisiete años trabajaba ya como artista independiente. No se conoce con
exactitud qué tipo de relación mantuvo Rafael con Perugino,
Renacimiento |
del que unos lo
consideran discípulo y otros socio o colaborador. Sea como fuere, lo cierto es
que superó rápidamente a Perugino, como se desprende de la comparación de sus Desposorios de la Virgen con los de este último. Desde 1504
hasta 1508 trabajó fundamentalmente en Florencia, en donde recibió la
influencia del arte de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.
Dama Renacentista |
De entre sus
obras de este período (El sueño del caballero, Las tres Gracias),
las más celebradas son sus variaciones sobre el tema de la Virgen y la Sagrada Familia.
Los personajes sagrados, dotados de cautivadores toques de gracia, nobleza y
ternura, están situados en un marco de paisajes sencillos y tranquilos,
intemporales. En estas telas, Rafael da muestras de su inigualable talento para
traducir a un lenguaje sencillo y asequible los temas religiosos. Su maestría
en la composición y la expresión y la característica serenidad de su arte se
despliegan ya en plenitud en la Madona
del gran duque, La
bella jardinera o La Madona del jilguero, entre otras obras.
La Bella Jardinera |
En 1508, el papa Julio II lo llamó a Roma para que decorara
sus aposentos en el Vaticano. Aunque contaba sólo veinticinco años, era ya un
pintor de enorme reputación. En las habitaciones de Julio II, conocidas
en la actualidad como Estancias del Vaticano, Rafael pintó uno de los ciclos de
frescos más famosos de la historia de la pintura.
Entre 1509 y
1511 decoró la Estancia
de la Signatura ,
donde pintó las figuras de la
Teología , la
Filosofía , la
Poesía y la
Justicia en los cuatro medallones de la bóveda, para
desarrollar de forma alegórica estos mismos temas en cinco grandes
composiciones sobre las paredes: El
triunfo de la Eucaristía , La escuela de Atenas, El Parnaso, Gregorio IX promulgando las
Decretales y Triboniano remitiendo las
pandectas a Justiniano,
San Jorge y el Dragon |
estas dos últimas alusivas a la justicia.
En un espacio de gran amplitud, organizado con un perfecto sentido de la
perspectiva, Rafael dispone una serie de grupos y figuras, con un absoluto
equilibrio de fuerzas y una sublime elegancia de líneas. No se puede pedir
mayor rigor compositivo ni un uso más magistral de la perspectiva lineal.
En la
Estancia de Heliodoro, decorada de 1511 a 1514, Rafael
desarrolló cuatro temas históricos, acentuando en cada uno de ellos un rasgo
plástico determinado: el claroscuro en La
liberación de San Pedro, la riqueza del colorido en la Misa de Bolsena,
etc. En la estancia del Incendio del Borgo (1514-1517) predomina ya la
aportación de los discípulos sobre la del maestro, lo mismo que en la Estancia de Constantino,
donde sólo la concepción del conjunto corresponde a Rafael.
La escuela de Atenas |
El pintor
simultaneó la decoración de las Estancias del Vaticano con la realización de
otras obras, como los frescos de El
triunfo de Galatea para
la Villa Farnesina.
A este período corresponden también numerosos cuadros de la Virgen con el Niño, algo
más solemnes y menos cautivadores que los de la etapa florentina. Los retratos
romanos, en cambio, superan en veracidad y penetración psicológica a los
florentinos. En ambos casos, el dibujo es de una calidad inigualable y el
colorido, discreto, servidor de la forma.
A partir de
1518, Rafael se ocupó de la decoración de las Logias del Vaticano con pequeñas
escenas del Antiguo Testamento envueltas en paneles de grutescos. La Transfiguración ,
última obra del artista, es considerada por algunos el compendio perfecto de su
arte. Sus trabajos arquitectónicos, de menor importancia que los pictóricos,
incluyeron la dirección de las obras de San Pedro del Vaticano.
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