SEPAMOS mas del corazón palpitante
de la LITERATURA
ARGENTINA : Rincón
escondido de Recoleta, la Biblioteca Nacional no solo alberga el tesoro
cultural de los argentinos, sino que también es un lugar ideal para pasear,
tomar un café y, por supuesto, leer un libro.
Como si fuera una especie de
frontera verde, una de sus caras mira hacia la avenida Las Heras (urbana,
transitada). La otra se abre sobre las plazas de Recoleta. Se la puede ver a la distancia: la Biblioteca Nacional
es un edificio claramente reconocible e intrigante.
Ubicada en el predio que antes
había ocupado la residencia presidencial en la que convivieron Juan Domingo
Perón y Eva Duarte, la
Biblioteca Nacional no se reduce tan solo al imponente
edificio que hoy la alberga, sino que proyecta su sombra y su influencia sobre
un gran espacio verde que la rodea.
Para acceder a ella desdela Av.
Las Heras, se debe atravesar el Jardín de Lectura, pacífica
plazoleta con fuente de agua, bancos y senderos. Ascendemos por su estructura
de concreto y en la planta baja se encuentra la entrada.
Para acceder a ella desde
Pero si antes de
internarnos en los libros queremos pasear un poco más, hacia el otro lado
encontramos una escultura dedicada a Juan Pablo II, una barranca verde que se
abre sobre las plazas de Recoleta y, más abajo, un monumento a Eva Duarte de Perón.
El antecesor directo de
La institución de transformó en
la actual Biblioteca Nacional en los años `80 del siglo XIX, en consonancia con
la reestructuración de las instituciones del país que se llevó a cabo en esa
década. Su director de ese momento, Paul Groussac, impulsó la adquisición de un
edificio exclusivo en Mendoza 564.
Ya en la década del `60 del siglo XX, se vio la necesidad de una nueva sede para la biblioteca y en 1961 se aprobó por concurso el proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, Alicia D. Cazzanica y Francisco Bullrich. Sin embargo, el actual edificio, de estilo brutalista, se inauguró recién en 1992.
Ya en la década del `60 del siglo XX, se vio la necesidad de una nueva sede para la biblioteca y en 1961 se aprobó por concurso el proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, Alicia D. Cazzanica y Francisco Bullrich. Sin embargo, el actual edificio, de estilo brutalista, se inauguró recién en 1992.
Como se ve, la historia de la biblioteca está profundamente unida a la historia de
La lista de quienes ejercieron su
dirección incluye los nombres de las figuras más importantes de la cultura
argentina: empezando por Marcos Sastre, José Mármol, Vicente Quesada, pasando
por Paul Groussac y Jorge Luis Borges.
Pero más allá de su ilustre
pasado, lo que realmente hace de la Biblioteca Nacional
el centro de la cultura argentina es la actividad que sigue desplegando y todas
las personas que la visitan.
Su acción no se limita a preservar y hacer accesible al público un enorme patrimonio bibliográfico, sino que se multiplica en actividades como exposiciones, conferencias, puestas de obras de teatro, proyección de películas, conciertos de música de todo tipo, concursos, cursos de distinta clase. Lo más interesante dela Biblioteca
Nacional se descubre al atravesar sus puertas.
Su acción no se limita a preservar y hacer accesible al público un enorme patrimonio bibliográfico, sino que se multiplica en actividades como exposiciones, conferencias, puestas de obras de teatro, proyección de películas, conciertos de música de todo tipo, concursos, cursos de distinta clase. Lo más interesante de
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