En los 80, tuvo su apogeo con el ciclo Las mil y una de
Sapag. En la piel de Menotti, Dante Caputo y el ex presidente Alfonsín, logró
hasta 40 puntos de rating. Trabajó con Porcel, Olmedo y Balá.
Una
imitación que realizó de Jorge Luis Borges le valió la censura de la dictadura
militar de 1976 y una anécdota que aún hoy perdura.
Cuando esto sucedió y
creyendo que el propio escritor había sido el gestor de la decisión que tomaron
los militares, Borges –que por entonces vivía en la calle Maipú– respondió a
los medios que lo consultaron que no sabía quién era Mario Sapag y se lamentó
por lo sucedido porque, agregó, “con el esfuerzo que se habrá tomado para
copiar mi manera torpe de hablar”.
Debut
radial. De ascendencia libanesa, Sapag comenzó con las imitaciones como
muchos actores, personificando a famosos delante del auditorio más fiel: su
familia. A los 18 años tuvo su inicio profesional en la radio y a partir de ese
momento, no paró. Estuvo en La revista dislocada con Jorge Porcel y cuando ese
producto pasó a la televisión, él también fue convocado y permaneció hasta
1960.
Ese mismo año pasa a Telecómicos, secundado por Nelly Beltrán con guiones
de Aldo Cammarota y en 1968, y por cuatro años, llega la masividad con su
imitación del periodista Sergio Villarruel en un fragmento del noticiero
humorístico, que Pipo Mancera incluye en sus Sábados circulares.
Cine, teatro y por supuesto televisión lo tendrán como
coprotagonista en elencos encabezados siempre por grandes figuras como Carlitos
Balá, Narciso Ibáñez Menta –en la recordada serie de terror El hombre que
volvió de la muerte–, Palito Ortega, Silvio Soldán, Jorge Porcel y Alberto
Olmedo, entre otros.
Con los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich, intervino en
exitosos ciclos como Operación ja ja; Polémica en el bar y El botón. Y es con
la llegada de la democracia que Sapag alcanza su mayor popularidad. En ese
entonces, tiene su ciclo propio Las mil y una de Sapag y allí interpreta las
recordadas imitaciones de Roberto Galán, César Luis Menotti, Hugo Guerrero Marthineitz,
José Sacristán, Pilar Franco, Carlos Menem, Raúl Alfonsín y Dante Caputo.
Y fue
precisamente caracterizado como el canciller de Alfonsín que generó un
escándalo: ingresó a la residencia presidencial de veraneo, en Chapadmalal, sin
que la seguridad advierta que era un “doble” de Caputo.
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