El uso del plástico como combustible no es nuevo. Pero el prototipo de reactor que creó un grupo de investigadores en Varsovia es capaz de quemar polietileno, polipropileno y poliestireno con la misma eficacia, algo que hasta ahora no era posible, ya que el polietileno tendía a quemarse dentro del reactor en vez de derretirlo para transformarlo en un combustible líquido.
Esperan tener el primer reactor funcional en 2018, compatible con los estándares europeos para transformación de basura en combustible.
En la Argentina también hay varios desarrollos que analizan cómo transformar bolsas de basura en un líquido que pueda mezclarse con la nafta, como el que está llevando adelante la Universidad Nacional del Litoral.
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