Las religiones
y filosofías orientales siempre han fascinado a Occidente y, en las últimas
décadas, el intercambio cultural fomentado por la globalización ha hecho que
sean mucho más accesibles que tiempo atrás. De hecho, uno de los aspectos más
interesantes del budismo tradicional japonés es la meditación zen, que, además
de tener un trasfondo religioso, también se ha demostrado que tiene beneficios
físicos concretos para la salud.
Qué
es el zen
El zen es el nombre con el que se conoce a una de las escuelas budistas más importantesde
todo el mundo. Para que los occidentales lo entendamos, dentro del budismo,
existen diferentes escuelas. Todas tienen como base principal el pensamiento de
Buddha.
Qué
beneficios tiene la meditación zen
Se ha demostrado que la meditación zen tiene muchos beneficios para la
salud que van más allá del plano espiritual del ser
humano. Para ello, se han realizado experimentos de diversas índoles pero, en
su mayoría, estos experimentos consistían en analizar lo que pasa en el cerebro
cuando se accede a estos estados meditativos. Los resultados de estos estudios
han llegado a la conclusión de que, practicar meditación zen de forma habitual,
contribuye a un mejor estado de salud en
general.
Esto se aprecia en elementos psicológicos
como una mayor capacidad de
concentración, mejor capacidad de gestionar las relaciones
humanas y las situaciones de estrés, buenos resultados a la hora de tratar enfermedades como la depresión o,
por ejemplo, una mejora importante de las capacidades de autocontrol y gestión
de las emociones.
Sin embargo, la práctica habitual de la
meditación zen también conlleva beneficios físicos, como pueda ser una mejora
importante de la salud cardiovascular,
un aumento de la energía,
o una mejora significativa de los procesos digestivos. Esto no debería
sorprendernos en exceso, ya que el ser humano, pese a sus partes diferenciadas,
funciona como un todo unido y en relación consigo mismo. De este modo, la
mejora del estado psicológico, actúa de manera directa sobre el estado físico,
de modo que los beneficios de la meditación zen se aprecian desde una dimensión
holística en la que todas las partes están interconectadas entre sí.
Si estás pensando en iniciarte en la
práctica de la meditación zen, aunque es cierto que se trata de una práctica
que se puede realizar en solitario, lo más recomendable al principio es hacerlo
de la mano de un profesor o maestro. En este sentido, una persona que pueda
enseñar y dirigir los primeros pasos ayudará a que los conocimientos más
básicos se asienten y, de esta manera, si más adelante deseas practicarla en
solitario tendrás las herramientas necesarias para hacerlo de forma efectiva.
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