SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 23 de noviembre de 2021

A LOS MENTIROSOS se les acabo la suerte: Desarrollaron en Israel un sistema para detectar mentirosos.

 

Investigadores de la Universidad de Tel Aviv desarrollaron un nuevo sistema que les permitió detectar a "mentirosos" con una precisión sin precedentes del 73 por ciento, midiendo los movimientos de los músculos faciales.



Se trata, afirmaron, de una nueva tecnología que puede servir como base para el desarrollo de cámaras y software capaces de detectar engaños en muchos escenarios de la vida real, incluyendo la prevención de delitos

Según reportó la universidad israelí, el estudio identificó dos grupos diferentes de “mentirosos”: los que activan los músculos de las mejillas cuando mienten y los que activan las cejas.

Muchos investigaciones mostraron que “es casi imposible saber cuándo alguien nos está mintiendo”, y que “incluso los expertos, como los interrogadores de la policía, lo hacen solo un poco mejor que el resto de nosotros”, señaló el profesor Dino Levy, uno de los jefes del estudio junto a la profesora Yael Hanein.



Los “detectores de mentiras” existentes “son tan poco fiables que sus resultados no son admisibles como prueba en los tribunales de justicia, porque casi cualquier persona puede aprender a controlar su pulso y engañar a la máquina”, recordó el académico israelí.

Levy apuntó que esa es justamente la razón por la cual “existe una gran necesidad de una tecnología de identificación de engaños más precisa”.

El estudio, prosiguió, se basa en la suposición de que los músculos faciales se contraen cuando mentimos, “y que hasta ahora ningún electrodo ha sido lo suficientemente sensible para medir estas contorsiones”.



El sistema “no es perfecto”, afirmaron, pero es mucho mejor que los polígrafos y otros métodos actuales

Para estos experimentos, los investigadores colocaron novedosos stickers con electrodos especiales en dos grupos de músculos faciales: los de las mejillas cerca de los labios y los de las cejas.

Se pidió a los participantes que se sentaran en parejas uno frente al otro, con unos auriculares puestos a través de los cuales se transmitían las palabras “línea” o “árbol”.

 

 

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