Las esculturas con alto voltaje erótico se
sucedieron a
través de miles de años.
Afrodita Cnidea o la Venus de Cnido fue el primer
desnudo femenino de tamaño natural del que se tenga conocimiento. (146 a .C.)
El Magazin de Merlo: En la escultura
erótica de hoy el artista Dominique Regnier, detalla en sus obras lo sublime
del cuerpo femenino con poses atrevidas, dándoles una vida extraña y a la vez
incompleta. Son totalmente impresionantes, pareciera que cada una de sus obras
cuenta una historia llena de sensualidad y claro erotismo.
Escultor Dominique Regnier |
Breve introducción histórica: Afrodita Cnidea o La Venus de Cnido. Copia
romana de una obra de Praxíteles.- Mármol. La estatua representa a la diosa del
amor, en su concepción de amor erótico saliendo del baño despreocupadamente, en
una pose o actitud que se ha denominado replegamiento intimista. Ella deja caer
lánguidamente la túnica sobre un ánfora de agua, que sirve de punto de apoyo a
la escultura.
Es el primer
desnudo femenino de tamaño natural del que se tenga conocimiento. La obra en un
principio había sido contratada para la ciudad de Coz, pero fue rechazada por
impúdica y ésta posteriormente fue adquirida por la ciudad de Cnido. La obra
original se destruyó en un incendio en Constantinopla, no obstante se conservan
numerosas copias, por cuanto fue la obra más copiada de la antigüedad griega.
Posiblemente Plaxiteles retrató a su amante Frine como la diosa del amor y la
belleza.
El Hoy en la escultura
erótica de Dominique Regnier, escultor de origen Francés que se ha destacado
por la originalidad de sus obras que se basan en el erotismo que logra plasmar
tanto en madera como en mármol. El artista detalla en sus esculturas lo sublime del cuerpo femenino con
poses atrevidas, dándoles una vida extraña y a la vez incompleta. Son
totalmente impresionantes, pareciera que cada una de sus obras cuenta una
historia llena de sensualidad y claro, erotismo.
Las
esculturas eróticas de Dominique Regnier matan de vergüenza a
algunos espectadores desprevenidos. Unas dulcemente
inocentes, otras brutalmente explicitas, las esculturas de ese artista francés nacido en 1951 jamás dejan
a uno indiferente.
Hechas en su gran
mayoría de mármol rosa, ébano, madera o
piedra, las esculturas de mujeres de Regnier hablan de curvas,
de sensualidad, del amor en su forma más carnal. Muchas de esas
mujeres vistas desde la perspectiva masculina del artista parecen incompletas,
como si necesitasen compañía.
El escultor
también llevó la belleza femenina a
algunos parques donde creaba algunas obras al aire libre desde árboles.
No caben dudas que vale la pena conocer
la obra de ese peculiar artista.
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