SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



miércoles, 16 de enero de 2013

La AMARGURA ya es una patología llamada por los especialistas: Trastorno de Amargura Postraumática.
 
El termino AMARGURA viene de AMARGO, característico de la hiel, son sentimientos de aflicción, tormento, atribulación y tristeza mezclada con rabia.
Haga memoria, cuantas veces ha catalogado a alguien de amargado por detectar un comportamiento grosero, despectivo o apático, pero había pensado alguna vez que la amargura puede ser un desorden mental. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) viene discutiendo desde hace unos meses la conveniencia de incluir la amargura dentro de los trastornos mentales reconocidos por el Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales, la Biblia de consulta entre los especialistas en enfermedades mentales, bajo el nombre Trastorno de Amargura Postraumática.
Uno de los mil rostros de la AMARGURA
Miguel Ángel Sabogal, médico psiquiatra y presidente de la Asociación Colombiana para la Salud Mental, afirma que la APA actualmente reconoce que ese estado emocional podría ser permanente e incluso producir un grado de discapacidad o de disfuncionalidad en un alto porcentaje de la población como respuesta a diversos factores denominados traumáticos (consecuencias de la guerra, perdidas laborales, económica, afectivas, ect.). Pese a esto, Sabogal considera que “la amargura colectiva que estamos observando en incremento es un fenómeno social que no debe ser rotulado como patología psiquiátrica puesto que eso simplificaría demasiado el problema y ofrecería una intervención sólo desde el modelo médico, corriéndose el riesgo de medicar a una gran cantidad de individuos que lo que realmente necesita es una intervención psicosocial”.
Pintura Satírica sobre la AMARGURA,
Autor: Francisco de Olles 1884
Aunque afirma que es importante llamar la atención sobre este aspecto que podría considerarse uno de los síntomas de las principales patologías que está experimentando nuestra sociedad. Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de amargura? Sabogal explica que el término amargura viene de amargo que significa sabor desagradable y característico de la hiel.  “Cuando nos referimos a la amargura por consenso general nos estamos refiriendo a una sensación displacentera, a unos sentimientos de aflicción, de tormento, de tribulación o incluso de tristeza mezclada con rabia”, agrega. La amargura es una respuesta pasajera y natural del ser humano ante la frustración continua, el estrés constante o ante eventos vitales traumáticos.
Manto de la AMARGURA, bordado por Rodriguez Ojeda
de Sevilla 1857-1930
“Sin embargo, se convierte en una reacción patológica cuando ese sentimiento deja de ser pasajero para convertirse en un estado permanente que no nos permite disfrutar de nuestras actividades, disminuye nuestra creatividad y comienza a traducirse en actuaciones agresivas, vengativas, no asertivas o incluso auto o hetero destructivas”. Según el especialista, la preocupación surge cuando ese fenómeno se convierte en una patología social, es decir, cuando pasa de presentarse esporádicamente en algunos individuos a ser una respuesta generalizada en la mayoría de la sociedad.

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