Se afirma que ALEP es el jabon mas antiguo del mundo. |
Al comienzo el jabón se usaba para igueinizar la ropa y los utensilios. |
Además, para que el jabón limpie
correctamente, el lado hidrófilo debe ejercer una fuerza mayor para poder
arrancar la suciedad. El movimiento que se produce en el proceso de lavado, ya
sea frotando con la mano o dando vueltas en la máquina, además del uso de agua
caliente, favorecen el desprendimiento de las partículas de grasa, de modo que
se dividen y se acaban disolviendo. Por ello es importante frotar por todos
lados, ya que garantizamos que el lavado sea mejor.
La historia: Se cree que el jabón se inventó hace unos tres mil
años. Se han encontrado en la
Mesopotamia tablillas de arcilla sumerias
que mencionan la mezcla que se obtenía de hervir aceites con potasio, resinas y
sal y sobre su uso medicinal.
Los arqueólogos no han podido determinar cuando el ser humano comenzo a usar el jabón para higienizarse. |
El origen del jabón: Los fenicios lo fabricaban con aceite de
oliva y soda
cáustica (o carbonato de sodio) obtenida a partir de las cenizas de
la combustión de plantas halófitas (plantas que viven en las salinas) como la
salicornia o la salsola.
Recetas parecidas se seguirían
utilizando en Siria. El jabón sirio, procedente de la ciudad de Alepo,
antiguo territorio fenicio, se sigue fabricando hoy día con el mismo método
tradicional y con aceite de oliva y aceite de laurel. Los egipcios se frotaban con la mezcla obtenida del
natrón
(un carbonato
de sodio mineral extraído de los lagos salados después de la
evaporación del agua), tierra de batán (una arcilla poco elástica que tiene la
propiedad de absorber las materias grasas) y altramuces remojados en agua de
lluvia machacados.
En los harenes además de la higiene hera un ritual la utilización de jabones aromatizados. |
Origen del
jabón europeo:
Los germanos y los celtas
utilizaban grasa de cabra y cenizas de abedul para fabricar sus jabones. El
jabón era, según el historiador romano Plinio, un invento
galo. Los galos fabricaban sus jabones con cenizas de haya y sebo o
grasa de jabalí y lo usaban según Plinio para teñirse sus largas melenas de
rubio o pelirrojo.
En la actualidad en la India hacen el jabón como hace milenios. |
El olor de la grasa rancia les
resultaba bárbaro a los romanos, que como los griegos y etruscos
se lavaban frotándose por el cuerpo una mezcla de aceites aromáticos y
arena o ceniza que luego eliminaban con un estrígilo. En el siglo III a.C. se
fabricaba en Arabia
un jabón mediante la cocción de una mezcla hecha con potasa, álcali
proveniente de cenizas, aceite de sésamo y limón.
Hay quien asegura que los
cruzados introdujeron en el siglo XI el jabón en Europa Central desde Alepo.
Los fenicios tuvieron tratos comerciales con Europa antes de los tiempos
romanos, así que seguramente este tipo de jabón habría llegado mucho antes a
las ciudades costeras como Nápoles, Marsella, Cartagena o Cádiz. Lo cierto es
que en la Baja Edad
Media no se utilizó mucho el jabón, y debido a la falta de higiene se
originaron grandes epidemias que diezmaron a la población, como la peste negra
del siglo XIV.
La variedad actual es infinita, buenos, regulares y malos. |
Fabricas
árabes:
La primera
gran jabonería europea la construyeron los árabes a
finales del siglo X en Al Andalus, en
Sevilla. En el valle del Guadalquivir, donde había grandes olivares y marismas,
se obtenían las materias primas necesarias para fabricar un jabón que cuatro
siglos más tarde se conocería como jabón de Castilla. Aún así en Andalucía se siguió
llamando por el nombre árabe, almona, a las fábricas de jabón.
Sofisticada fabrica de jabón en la actualidad |
El monopolio del jabón de
Sevilla, ostentado por los marqueses de Tarifa en el siglo XVI, fue ampliado
hasta América después de la conquista. En este mismo siglo ya se exportaba este
sapo
hispaniensis o sapo castilliensis al Reino Unido a través de
Amberes. El jabón de Castilla, al provenir de aceites vegetales en vez de
grasas animales, podía utilizarse en la higiene personal. Fue así que los
europeos se volvieron más limpios y empezaron a desaparecer las grandes
pandemias. Las famosas fábricas de jabón de Marsella se establecieron
en el siglo XIV. Este jabón tradicionalmente se fabricaba con aceite de oliva,
agua del Mediterráneo y sosa cáustica proveniente de cenizas del laurel. Como
el de jabón de Alepo, también se sigue fabricando hoy en día.
Fabricación a gran escala |
Jabonerías
americanas:
En 1575 se construyó una fábrica en la Ciudad de México. El jabón que se fabricaba en
ella era el que usaban los mexicanos, hecho a partir del tequezquite,
un mineral rico en sosa, y algunas plantas. En el siglo XVII se sabe de la
existencia de una jabonería en Guayaquil que fabricaba jabón a partir de sebo
de vacas y cenizas de yerba. En este mismo siglo, en 1682,
Luis XIV hizo guillotinar a tres fabricantes cuyos jabones le habían irritado
la piel.
Fabrica casera o artesanal, muy de moda hoy. |
Química
del jabón: En
1791 el químico Nicolas Leblanc inventa un procedimiento para obtener
carbonato de sodio a partir de la sal marina, lo que simplificaba y abarataba
el proceso de obtención de la sosa. En 1823, Eugène Chevreul demuestra que
las grasas están formados por una combinación de glicerol y
ácidos
grasos (oleico, margárico y esteárico) y explica así
químicamente la reacción de la saponificación descubierta por los sumerios. En
presencia de la sosa cáustica, los cuerpos grasos se dividen en sus
componentes. El carbonato de sodio, al reaccionar con los ácidos grasos da
lugar a los estearatos, margaratos y oleatos, es decir, al jabón. Así de la
grasa y de la sosa se obtienen jabón y glicerol.
El enjabonarse por estos tiempos suele ser romántico y divertido. |
En el siglo XIX, los aceites de copra
(pulpa seca del coco) y aceites de palma que venían de las colonias, se empezaron
a emplear en la fabricación de los jabones. Desde los años 30 del siglo XX, el jabón tradicional tuvo que competir
con los tensoactivos sintéticos que se utilizan hoy en día en
los detergentes, productos de limpieza, jabones y champús, que además son altamente
contaminantes.
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