La fiesta tiene sus orígenes en las catacumbas, en donde los antiguos
cristianos acostumbraban celebrar misa junto a los restos mortales de aquellos numerosos mártires que, principalmente en tiempos de Diocleciano hace unos
1400 años.
Los santos, o sea los que ya están en
el cielo porque vivieron su bautismo, a ellos se les veneran porque son:
Modelo:
Porque viendo lo que ellos hicieron para ser amigos de Dios nosotros los
podemos imitar.
Estímulo: Porque ellos, lucharon como ahora nosotros y ya gozan de la herencia a
la que también nosotros estamos llamados.
Intercesores: Son amigos y hermanos nuestros y grandes bienhechores a quienes
podemos recurrir suplicándoles que hagan valer su influencia ante Dios en ayuda
de nuestras necesidades.
Los católicos estamos de fiesta porque el 1º de noviembre se celebra a
todos los santos. Esa es la verdadera fiesta de estos días, celebrar a los
monstruos y a las brujas no es de cristianos. Celebrar el día de muertos es una
tradición de nuestra patria, y es bueno que como cristianos hagamos oración por
nuestros difuntos. Pero ¿por qué celebrar la fiesta de todos los santos?
¿Quiénes son los santos?
Los santos no son personas diferentes de nosotros, en todos los tiempos
ha habido santos, de diferente edad, unos niños, otros jóvenes, adultos,
viejitos, hay santos y hay santas, unos flaquitos, otros gorditos, unos muy
inteligentes otros muy sencillos, algunos han nacido muy ricos otros fueron muy
pobres, unos son blancos otros negros, unos han sido santos desde pequeños,
otros llevaron una vida en la que no conocían a Dios, y se portaron muy mal,
pero cuando se encontraron con Jesús, cambiaron, y decidieron ser felices
siguiéndolo.
Todos, pero todos, estamos llamados a ser santos, Dios nos quiere
santos, y para eso nos dio el Don de la
Fe , fue su regalo cuando nos bautizaron, y todos los que
estamos bautizados tenemos que ser santos, pero también tenemos que querer serlo
El Don de la
Fe es más
grande que todos los súper poderes de tus héroes favoritos y además es de
verdad. Pero la fe no es para tener unos músculos muy fuertes, o para poder
volar, o ver a través de las paredes, ni para golpear a nadie.
Ser santos es querer seguir a Jesús, actuar como él, hacer el bien como
él, amar como él. SER SANTO ES SER AMIGO DE JESÚS.
¿A qué Santo o santa conoces?, ¿por qué es santo? Hacer una pequeña
lista como la de los superhéroes pero de los santos que los niños vayan
nombrando. ¿En tu casa hay imágenes de algún santo o santa? ¿Sabes cómo vivió,
qué hizo para ser santo? ¿En la tele has visto que pongan a los santos?
Vamos ahora a conocer algunos de ellos.
Hace un tiempo hubo un niño llamado Domingo Savio, que desde muy
chiquito entendió que ser amigo de Jesús era lo más importante en la vida. El
día que hizo su primera comunión, escribió en un papelito: "Mis amigos
serán Jesús y María, me confesaré y comulgaré los domingos y días de fiesta,
prefiero morir antes que pecar". Quería hacer la voluntad de Dios en todo.
Un día un maestro preguntó en el recreo a todos los niños: "Si supieran
que hoy iban a morir ¿qué harían?, uno contestó "correría con mi
mamá", otro dijo: "yo iría a la Iglesia a rezar y a confesarme", y Domingo
dijo: "seguiría jugando porque en este momento esa es la voluntad de
Dios". Era un niño alegre, feliz, porque amaba a Jesús.
Santa Teresita, también amaba mucho a Jesús y a María Santísima, tenía
muchas hermanas y todas ellas quisieron consagrarse al Señor. Ella siempre supo
que todas las cosas pequeñas, oraciones, trabajos, servicios hechos con amor
eran lo que agradaba a Dios, un día le dijo a Jesús que ella quería ser su
"pelotita" para que el niño Jesús jugara con ella. Cuando recibía la Sagrada Comunión
era la más feliz del mundo. Era buena con todos y buscaba hacer favores a las
personas que no sabían dar las gracias y eso le costaba trabajo pero se lo
ofrecía a nuestro Señor. Rezaba como quien habla con el mejor de los amigos
porque conocía muy bien quien era Jesús.
San Agustín fue un gran santo, pero él no siempre se portó bien, hacía
sufrir a su mamá con su mal comportamiento, pero su mamá que era muy santa, se
llamaba Mónica, rezaba mucho para que su hijo conociera a Jesús, y el día que
Agustín encontró a Jesús en su vida se llenó de tanta alegría que ya no quiso
nunca más pecar, fue con su mamá y juntos rezaron y dieron gracias a Dios. San
Agustín llegó a ser Obispo y tenía tanta confianza en el amor de Dios que le
decía: "Señor, nos creaste para Ti, y nuestro corazón estará inquieto
hasta que descanse en Ti". Pensaba y meditaba en las cosas de Dios,
escribió muchos libros que ahora en la Iglesia sirven de guía para todos los cristianos.
Decía también: "Ama y haz lo que quieras", porque sabía muy bien, que
cuando se ama a Dios sólo harás lo que le agrada.
Otros santos, han ido a lugares muy lejanos donde no se conoce a Jesús y
les enseñan a amar a nuestro Señor, a ellos se les llaman Misioneros, algunos
han muerto dando su vida por la fe, estos son los Mártires. Otros se han
dedicado a cuidar a los enfermos, a los pobres, algunos fundaron colegios para
que los niños se educaran y conocieran a Jesús. Otros se han quedado en su ciudad
y en su casa pero han hecho la voluntad de Dios y se han mantenido en su
amistad. Algunos santos son muy conocidos por todos, pero hay otros que nadie
conoce, más que Dios. Otros que han estado enfermos le entregan a Jesús todos
sus sufrimientos, y así, nos encontramos que aunque los santos no salen mucho
en la televisión ni los periódicos nos comentan de ellos, están haciendo que en
el mundo brille la gloria de Dios.
Los nombres que tenemos muchas veces son los nombres de algún santo o
santa, son nuestros patronos, por ejemplo San Carlos, Santa Teresa, Santa
Cecilia, San Pedro, San Juan, San Alberto etc.
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