El Dr. Enrique Finochietto nació el 13 de marzo de 1881 en Buenos Aires. Como
cirujano recibió durante la 1era. Guerra Mundial la máxima distinción que un
civil cirujano podía recibir, en Paris le entregaron la Medalla de Oro Oficial de la Legión de Honor.
Reconocido
dentro y fuera del país, renovador, creador e innovador en el arte y las
técnicas de la cirugía, sus inolvidables enseñanzas siguen guiando a nuevas
generaciones de maestros. Ciencia y bohemia en los recuerdos de una vida
multifacética. Para destacar el músico Julio de Caro le compuso el
tango, “viejo amigo” por salvar a su
esposa de la muerte y Carlos Gardel lo acompaño por Europa y los presento en
Francia.
La prensa medica en aquel momento dijo: “Un día nefasto del mes de febrero de 1948, una
triste y terrible noticia conmovió a los médicos y personal del Pabellón 9 de
nuestro Hospital: el gran maestro, nuestro amado Jefe, había fallecido”, relata
el mismo discípulo en La
Prensa Médica Argentina. “Yo lo lloré como se puede llorar a
un padre entrañable”, recordaba el doctor Jorge Luis Viaggio, cuando me instaba
a continuar el legado de la Escuela Finochietto.
Fue el primer cirujano del mundo en proponer y usar los guantes, hoy llamados de látex para operar. |
En su discurso en la Academia Nacional
de Medicina, uno de sus discípulos primeros y más queridos, el doctor Oscar
Vacarezza, evocando al maestro lo llamó “el Santo del Bisturí”. Refiriéndose a
aquella jornada amarga de febrero del 48, señaló: “Al comienzo de ese día opaco
el reloj de la vida de Don Enrique ya no marca la hora. Se ha clavado en la
hora de las nieves, en las blancuras de Dios, y en el frío del silencio”.
La obra del doctor Enrique Finochietto trasciende
las nieves y los crepúsculos y todos los silencios, cuando la ciencia-arte de la Cirugía Técnica se
manifiesta en el cálido murmullo de los quirófanos, donde la mano (quiros) de
un cirujano maestro actúa en función de un semejante, y la mano de un cirujano
joven se va armando de sabiduría y experiencia.
Con Carlos Gardel en París. |
También va más allá de las fronteras. En el Museo
de la Cirugía
de Atlanta, Estados Unidos, existen dos amplios salones destinados a mostrar
una parte de los textos, materiales, aparatos e instrumentos creados y
producidos por el cirujano argentino. Allí el nombre de Finochietto es una
presencia viva de la cultura científica y técnica de la Argentina.
La destrucción del hospital Rawson fue llevada a
cabo por militares del gobierno, acompañados por médicos civiles que apoyaron
con gran entusiasmo y decisión esa medida... El hospital Rawson fue nuestra
casa, fue la casa de los Finochietto. Además era, en el momento de su cierre en
1978, el primer hospital argentino y uno de los primeros de América latina”.
Aunque el glorioso hospital Rawson haya sido
desmantelado por los inquisidores y desaparecedores de siempre, hoy son
centenares los hospitales de la
Argentina , de América y del mundo, donde los discípulos de
aquellos primeros discípulos de Enrique Finochietto continúan educando a más y
más camadas de cirujanos.
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