Sepamos más de este verdadero prócer argentino: El 15
de febrero de 1811 nació en el Carrascal, uno de los barrios más pobres de la
ciudad de San Juan, Domingo Faustino Sarmiento. Los primeros
"maestros" de Domingo fueron su padre José Clemente Sarmiento y su
tío José Manuel Eufrasio Quiroga Sarmiento, quienes le enseñaron a leer a los
cuatro años. En 1816, ingresó a una de las llamadas "Escuelas de la Patria ", fundadas por
los gobiernos de la
Revolución , donde tuvo como educadores a los hermanos Ignacio
y José Rodríguez, éstos sí maestros profesionales.
Cuando terminó la primaria, su
madre, Doña Paula Albarracín, quiso que estudiara para sacerdote en Córdoba,
pero Domingo se negó y tramitó una beca para estudiar en Buenos Aires. No la
consiguió y tuvo que quedarse en San Juan donde fue testigo de las guerras
civiles que asolaban la provincia. Marchó al exilio en San Francisco del Monte,
San Luis, junto a su tío, José de Oro. Allí fundaron una escuela que sería el
primer contacto de Sarmiento con la educación.
Poco después, regresó a San Juan y comenzó a trabajar en la tienda de su tía. "La Historia de Grecia la estudié de memoria, y la de
Roma enseguida…; y esto mientras vendía yerba y azúcar, y ponía mala cara a los
que me venían a sacar de aquel mundo que yo había descubierto para vivir en él.
Por las mañanas, después de barrida la tienda, yo estaba leyendo, y una señora
pasaba para la Iglesia
y volvía de ella, y sus ojos tropezaban siempre, día a día, mes a mes, con este
niño inmóvil insensible a toda perturbación, sus ojos fijos sobre un libro, por
lo que, meneando la cabeza, decía en su casa: ‘¡Este mocito no debe ser bueno!
¡Si fueran buenos los libros no los leería con tanto ahínco!’"1
Poco después, regresó a San Juan y comenzó a trabajar en la tienda de su tía. "
En 1827, se produjo un hecho que marcará su vida: la invasión a San Juan de los montoneros de Facundo Quiroga.
Decidió oponerse a Quiroga
incorporándose al ejército unitario del General Paz. Con el grado de teniente,
participó en varias batallas. Pero Facundo parecía por entonces imparable: tomó
San Juan y Sarmiento decidió, en 1831, exiliarse en Chile. Se empleó como
maestro en una escuela de la localidad de Los Andes. Sus ideas
innovadoras provocaron la preocupación del gobernador. Molesto, se mudó
a Pocura y fundó su propia esce uuela. Allí se enamoró dna
alumna con quien tendrá su primera hija, Ana Faustina.
En 1836, pudo regresar a San Juan y fundar su primer periódico, El Zonda. Pero al gobierno sanjuanino no le cayeron nada bien las críticas de Sarmiento y decidió, como una forma de censurarlo, aplicarle al diario un impuesto exorbitante que nadie podía pagar y que provocó el cierre de la publicación en 1840. Volvió a Chile y comenzó a tener éxito como periodista y como consejero educativo de los sucesivos gobiernos.
En 1836, pudo regresar a San Juan y fundar su primer periódico, El Zonda. Pero al gobierno sanjuanino no le cayeron nada bien las críticas de Sarmiento y decidió, como una forma de censurarlo, aplicarle al diario un impuesto exorbitante que nadie podía pagar y que provocó el cierre de la publicación en 1840. Volvió a Chile y comenzó a tener éxito como periodista y como consejero educativo de los sucesivos gobiernos.
En Chile, Sarmiento pudo iniciar
una etapa más tranquila en su vida. Se casó con Benita, viuda de Don Castro y
Calvo, adoptó a su hijo Dominguito y publicó su obra más importante: Facundo, Civilización y
Barbarie. Eligió el periodismo como trinchera para luchar
contra Rosas. Fundó dos nuevos periódicos: La
Tribuna y La
Crónica , desde los que atacó duramente a Don Juan Manuel.
Entre 1845 y 1847, por encargo del gobierno chileno, visitó Uruguay, Brasil, Francia, España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, EEUU, Canadá y Cuba. En cada uno de estos países, se interesó por el sistema educativo, el nivel de la enseñanza y las comunicaciones. Todas estas impresiones las volcó en su libro Viajes por Europa, África y América. A fines de 1845 conoció en Montevideo a Esteban Echeverría, uno de los fundadores de la generación del ’37 y como él, opositor a Rosas y exiliado. Estando en Francia, en 1846, tuvo un raro privilegio: conocer personalmente al general San Martín en su casa de Grand Bourg y mantener una larga entrevista con el libertador.
Entre 1845 y 1847, por encargo del gobierno chileno, visitó Uruguay, Brasil, Francia, España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, EEUU, Canadá y Cuba. En cada uno de estos países, se interesó por el sistema educativo, el nivel de la enseñanza y las comunicaciones. Todas estas impresiones las volcó en su libro Viajes por Europa, África y América. A fines de 1845 conoció en Montevideo a Esteban Echeverría, uno de los fundadores de la generación del ’37 y como él, opositor a Rosas y exiliado. Estando en Francia, en 1846, tuvo un raro privilegio: conocer personalmente al general San Martín en su casa de Grand Bourg y mantener una larga entrevista con el libertador.
(Continuaremos en sucesivas entregas sobre la vida de este prócer, que
es imposible resumir en una nota, pero hoy queríamos recordar su nacimiento, falleció
durante 1888)
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