El Papa Francisco hizo su justo reclamo
para protección de los menos afortunados: El Papa y el presidente argentino han coincidido en la importancia de
la lucha contra la pobreza y el narcotráfico. Pero Francisco le ha pedido apoyo
explícito para su proyecto educativo, Scholas Ocurrentes, que une el deporte
con el arte y la tecnología. Su director mundial, José María del Corral
defiende que se han abierto puertas entre el presidente y el Papa iniciándose
un camino en el que hay voluntad de que quedan atrás las asperezas.
Ayer y hoy en estas dos imágenes. |
Desde
el pasado sábado, los medios argentinos tenían muy clara la noticia que
dominaría la actualidad: el encuentro entre el Papa Francisco y el presidente,
Mauricio Macri. Y no porque se trate de la primera toma de contacto desde que
el líder del partido Cambiemos y viaja a ver al hombre más influyente del mundo
que, casualmente, también es argentino. No. El viaje generaba expectativa por
la aparentemente escasa, fría, o tal vez nula relación entre Macri y el Papa
Francisco.
Durante
los últimos días estos adjetivos se han convertido en superlativo. Se
analizaron todos y cada uno de los comentarios, miradas de ambos mandatarios,
incluso el lenguaje no verbal, las sonrisas más o menos amplias... Hasta el
hecho de que el encuentro haya durado escasos 22 minutos y no haya sido en la
residencia de Francisco en Santa Marta.
Aun
así, hay más puntos comunes de los que se cree. La línea de Macri, que esbozó
incluso antes de ser electo presidente de lucha contra el narcotráfico y la
pobreza (aparte de la unión de los argentinos) ha sido respaldada por Francisco
en el encuentro en la
Santa Sede.
Pero
el punto que Francisco ha querido destacar es el apoyo a Scholas Ocurrentes,
organización internacional de derecho pontificio impulsada por Francisco que
busca revolucionar la educación «de abajo hacia arriba», para que los alumnos expresen
cómo debe abordarse la educación que reciben.
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