SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 21 de junio de 2018

Invacion de COTORRAS VERDES en la Prov. de Buenos Aires, sus bandadas destruyen los sembrados, son ruidosas en extremo y alejan o eliminan especies autóctonas.

Provincia de Bs. As.: La plataforma consiste en una aplicación para celulares Android a través de la cual, cualquier persona pueda llevar a cabo la denuncia/aviso de la presencia de nidos de cotorras y daños en cultivos. La información es georeferenciada en el momento del registro de manera sencilla y opcionalmente puede dejarse un celular de contacto del denunciante. De este modo el uso de dicha aplicación permitirá la creación de registros que permitan la caracterización de la problemática de manera automática, rápida y sencilla.

Cabe recordar que tras iniciativa de la Subsecretaría de Producción y Empleo y un largo recorrido en el cual se involucraron varias entidades de Balcarce como Facultad de Ciencias Agrarias, INTA, Soc. Rural, Federación Agraria, Asociación de Ingenieros Agrónomos, Círculo de Veterinarios y SENAA; y después de casi 20 años sin tener en Balcarce un ente, se pudo volver a conformar la comisión de lucha contra las plagas de cotorras y demás plagas si las hubiere.

EN ESPAÑA, son plaga: En Madrid, en Barcelona, en Valencia, en Málaga. Los gritones bandos de pequeños loros de color verde intenso, las cotorras argentinas , son cada vez más frecuentes y numerosas en España.
Todas tienen el mismo origen: escapes o sueltas de ejemplares adquiridos como aves de jaula.
Se calcula que las argentinas tienen una población española nidificante superior a las 1.500 parejas, más del doble que 10 años antes, creciendo a un vertiginoso ritmo del 20 por ciento anual

No es de extrañar, pues en su país de origen están consideradas una plaga dado los graves daños que ocasionan en los cultivos de maíz y girasol, donde la instalación de sus grandes colonias de cría en tendidos eléctricos provocan paralelamente tanto averías como numerosos incendios forestales.
A Barcelona llegaron las primeras hacia 1975. Al principio eran menos de 50, pero hoy en día son ya más de 2.000. A las que los agricultores del Baix Llobregat acusan de ocasionar graves daños en los cultivos de árboles frutales y hortalizas.
Dejan zonas habitadas sin energía eléctrica, roen la funda los cables que entran en cortocircuito.

Recientemente en Madrid, una de estas grandes masas de ramas donde hacen sus nidos coloniales acabó partiendo el abeto sobre el que se sustentaba. Tenía un diámetro superior a la altura de una persona adulta y pesaba ¡cerca de una tonelada!
La invasión de especies exóticas representa la segunda causa de pérdida de biodiversidad, solo por detrás de la pérdida de hábitat, estando por delante de la sobrecaza. 

Son por ello muchos los expertos que están reclamando a las Administraciones medidas efectivas de control y erradicación de este tipo de especies en los ecosistemas naturales (sólo en aves se han detectado en nuestro país más de 274 especies asilvestradas), antes de acaben convirtiéndose también aquí en una plaga, cuando ya no habrá posibilidad de encontrar alternativas viables. Piden, directamente, cazarlas vivas para que vuelvan a las jaulas de donde se escaparon o, si esto no es posible, matarlas directamente.

Frente a ellos, colectivos animalistas defienden la presencia de estas aves como seres vivos a los que hay que proteger a toda costa, evitándoles todo sufrimiento, al margen del daño que puedan acarrear a otras especies o al propio hombre.
¿Mi opinión? Pienso que la mejor estrategia es siempre la más sencilla, evitar nuevas sueltas intencionadas y combatir a estas especies exóticas con depredadores naturales como las aves de presa.

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