La argentinidad, es un concepto difícil de explicar, teniendo en cuenta las variantes en las formas de ser de los argentinos alrededor del país. ¿Es lo mismo la argentinidad para un jujeño, que para un porteño?, ¿Significa lo mismo para un persona que vive en Catamarca que para otra que vive en la Patagonia?.
En este caso haré el intento de desarrollar lo que este concepto significa para mi, situado desde mi propia experiencia personal y dentro de mi contexto particular.
La argentinidad, desde mi punto de vista, presenta una gran dualidad de lo que decimos ser y como actuamos en consecuencia, pero también esta dualidad se ve en que la forma de comportarse no es igual en todas las ocasiones aunque la causa por la que se actúa sea la misma.
Un ejemplo de esto es la solidaridad, ¿Somos los argentinos realmente solidarios?, uno en primera medida podría dar una respuesta clara y concisa: Si. Pero si rasgamos un poco mas la superficie de esta respuesta y analizamos a fondo la problemática, la respuesta a esa pregunta no aparece con tanta claridad y se pone en juego esa cierta solidaridad.
La cuestión de la solidaridad aparece enmarcada sobre todo en las grandes causas, en estas situaciones, no hay dudas, todos intentamos colaborar y hacemos los esfuerzos necesarios para poder dar una mano a quien lo necesite. Ahora bien, si hay un caso que demande un acto de solidaridad de igual o mayor medida pero que a su vez no cuenta con masividad el labor solidario disminuye.
Por otro lado, en las grandes concentraciones o manifestaciones por causas que pueden ser nobles, ¿Como nos comportamos?, ¿Somos solidarios con quienes luego tienen que venir a limpiar las calles?. Asimismo, no somos conscientes que al tirar basura en la calle no estamos siendo solidarios con el cuidado del medio ambiente y que al realizar esa misma practica podemos producir que se tapen las cloacas que, luego, a futuro generan inundaciones que perjudican a los ciudadanos.
Podemos encontrar esa dualidad en la idea de tener distintos controles, cuando ocurren hechos graves y no hubo la seguridad necesaria nos quejamos que no se tomaron en cuenta las medidas imprescindibles para que estas situaciones no ocurran, pero a su vez, los argentinos creemos que podemos arreglarnos sin necesidad de que alguien nos controle y que solos podemos poner nuestros propios códigos de convivencia.
En el patriotismo también encontramos dos visiones acerca de lo que esto significa y a la forma que uno tendría que actuar para ser patriota. Parecería ser que al momento de apoyar a una selección nacional, (ya sea fútbol, tenis, rugby o basket), el nacionalismo se apropia de nosotros en una gran medida y hay un espíritu de unión generalizado – basta con recordar el mundial de Brasil 2014 -.
Pero luego en el día a día cotidiano, ¿Cuan patriota somos?, ¿Que hacemos por nuestro país?, ¿Se defienden las cuestiones autóctonas?, ¿Se discrimina a los gauchos, se discrimina a aquella persona que tiene rasgos mas nacionales y que mas representan a nuestro país? ¿Se mira mas al exterior para ver cual es la ropa que esta a la moda?, ¿Se valora la industria nacional?.
Otra cuestión que me parece necesario analizar en torno a la idea de Argentinidad, es la pasión, acá la dualidad no aparece en el concepto mismo de pasión o si somos o no pasionales, si no, que en como se controla esta pasión y los resultados de la misma. Y justamente por esta pasión desmedida y en el descontrol mismo en el que vivimos es que en eventos populares y de gran concentración de gente pueden ocurrir actos de violencia, ya sea en una cancha de fútbol, o en un recital de rock.
Hicimos un mal uso de esa pasión, creemos que por ser pasionales se pueden justificar cualquiera de todos los tipos de violencia que nos ocurren y cometimos el error de naturalizar toda esta situación.
En fin creo que la argentinidad, (o ser argentino), significa todo esto, ser por momentos solidario, pero a la vez ser un egoísta y no pensar en como nuestros actos pueden perjudicar a los demás, en considerar que no necesitamos controles porque solos podemos organizarnos, pero quejarse por las faltas de estos mismos controles cuando las situaciones se desbordan, en ser patriota para cuestiones de segunda índole, pero no para las razones importantes y por ultimo en ser pasionales, aunque estas pasiones nos lleven a la violencia.
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