Además de elegir bien la pieza o el tipo de
cocción, hay otros métodos para que resulte más blanda. El mayor secreto para
que la carne cocida esté tierna, aunque parezca una obviedad, es elegir las piezas que
lo sean. De la ternera, están las partes
del centro del animal, como el lomo o la zona de las costillas; del cerdo, el
solomillo, el secreto o la presa; y del pollo, los muslos, las alitas y lo que
también se conoce como solomillo, que se encuentra detrás de las pechugas y
cerca de las costillas.
Una vez elegidas las piezas, intervienen más
factores, como la cocción. Las carrilleras, por ejemplo, resultan duras antes
de cocerlas y requieren de una cocción
larga para que el colágeno se desprenda y le dé una
textura tierna y gelatinosa a la carne, al igual que sucede con el rabo.
Pero hay otras partes del animal -en
el caso de la ternera, la tapilla, la cadera o la contra- que con unos minutos a la plancha quedan fenomenal.
A la pechuga de pollo, que es poco grasa, no le conviene ni el horno ni los
cocinados muy largos.
Dicho esto, hay otros trucos que pueden
ayudarte a conseguir esa ternura que a veces se resiste. A continuación, te
contamos algunos:
Trucos
para que la carne quede tierna:
Golpear la carne:
Está técnica, también
conocida como "espalmar", va perfecta para conseguir filetes más
tiernos, largos y planos. Lo habitual es utilizar una maza o espalmadera. Al golpear la carne con este utensilio, las fibras
se rompen y dejan paso a la ternura.
Leche o
yogur:
Otro de los métodos más
habituales es sumergir la pieza en leche o en una mezcla de esta con yogur. Sin
embargo, para que funcione se necesita previsión: la carne debe estar sumergida unas horas para que
se ablande. Y no temas por su sabor, ya que no se verá alterado. También
hay quienes aseguran que haciendo lo mismo con aceite se consigue un resultado
similar.
Marinar:
Igualmente, con un buen
marinado podemos obtener una carne más tierna. Solo debemos mezclar aceite con
un ácido, como jugo de naranja o de limón, especias, y dejar actuar un
mínimo de media hora. El ácido hará que
la pieza se ablande de forma natural. Un ejemplo puede ser
combinar aceite de oliva, tomillo y zumo de limón, pero las posibilidades son
infinitas.
Ponerle salsa:
La salsa, por la humedad
que aporta, también ayudará a que la carne se ablande. Además, ¿por qué no
recurrir más a ella con la cantidad de opciones que hay en el recetario
tradicional? Se puede preparar una salsa barbacoa, una criolla o una pomodoro.
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