La línea roja ética de los experimentos científicos a veces
no está tan delimitada como debería. Y es que la época en la que se está realizando el
experimento influye en la ética, pero también el grado de profesionalidad,
ambición, soberbia y enajenación de cada .
La
ambición en un científico es una cualidad que, si se lleva a los extremos,
puede ser perjudicial, ya que se puede poner en riesgo la salud mental y física
de los individuos que participan en los experimentos, llegando incluso a asesinarlos.
El proyecto aversión: 'curar' la homosexualidad (1971-1989)
Aubrey Levin, psiquiatra canadiense, propuso en
Sudáfrica en el año 1969, 'curar' a todos los soldados homosexuales de
las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica que pudiera. Los métodos elegidos
fueron la terapia de aversión, la castración química o la terapia de
electroshock.
La terapia
de aversión es aquella en la que se somete al 'paciente' a un estímulo
al mismo tiempo que se le provoca una sensación desagradable. De esta manera,
el cerebro asocia ambas sensaciones y deja de encontrar un estímulo placentero.
Con
unos cables adheridos al brazo izquierdo, a los pacientes se les presentaba una
foto de un hombre y se les incitaba a que fantaseasen sexualmente con la
imagen. Si el soldado mostraba algún tipo de excitación, se le
electrocutaba. La intensidad iba subiendo si la excitación persistía. Después
se les enseñaba una foto de una mujer para que, una vez más, fantaseasen.
El resultado de los experimentos fue todo un fracaso. Los hombres que no conseguían “superar” su homosexualidad
eran forzados
a someterse a un cambio de sexo. Alrededor de 900 hombres jóvenes fueron sometidos
a operaciones chapuceras e incompletas de cambio de sexo en hospitales
militares. Muchos murieron. Aubrey Levin tuvo que emigrar a Canadá para evitar
cargos por violar los derechos humanos. Hoy en día está en libertad tras haber pasado un pequeño período de tiempo en la
cárcel.
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