Los seis millones de cerdos salvajes ('Sus scrofa') que hay en el país
destruyen cultivos y se aprovechan de especies en peligro de extinción. Pero la
amenaza más grave es para la salud humana.
Cerdos,
puercos, jabalíes, verraco. Salvajes, asilvestrados, invasores,
no autóctonos. Sean cuales sean las palabras que se utilicen, estos omnívoros
con colmillos están más extendidos que nunca en Estados Unidos.
Los cerdos salvajes (o asilvestrados),
como los denomina el Departamento de Agricultura de EE.UU., no son autóctonos de
Norteamérica. Más bien, los exploradores y colonos europeos trajeron la especie
euroasiática, Sus scrofa, al Nuevo Mundo muchas veces, empezando ya
en el siglo XVI, como ganado o como animales de caza para alimento o deporte.
En la actualidad, unos seis millones
de cerdos asilvestrados viven en libertad en al menos 35 estados de EE.UU., donde pueden llegar a medir
más de metro y medio y pesar más de 150 kilos. Son criaturas adaptables,
capaces de prosperar en casi cualquier entorno.
Por ejemplo, estos animales están
cada vez más extendidos en numerosas islas del Caribe y en México, desde Baja California
hasta la península de Yucatán, así como en Canadá, donde ni siquiera la nieve
profunda y el frío intenso pueden frenarlos.
Además, las hembras pueden empezar a reproducirse con sólo ocho
meses de edad, y cada una puede producir hasta dos camadas de cuatro a 12
lechones cada 12 a 15
meses. Esto permite a la especie multiplicarse
rápidamente y colonizar nuevos territorios con una eficacia sin parangón. Los
cerdos asilvestrados también arrasan los cultivos agrícolas y pueden dañar a
las personas que los acorralan. Pero esos resultados no son los que realmente
preocupan a los expertos.
ENFERMEDADES:
Los jabalís pueden ser portadores de
una letanía de patógenos potencialmente transmisibles a las personas, como la
leptospirosis, la toxoplasmosis, la brucelosis, la gripe porcina, la salmonela,
la hepatitis y la E. coli patógena.
Pero hay otra preocupación: nuevas enfermedades que aún desconocemos.
"Los cerdos, en general, se
consideran una especie que se mezcla, porque son susceptibles a los virus
humanos, como el virus de la gripe", dice Vienna Brown, bióloga del USDA que trabaja en el Programa
Nacional de Gestión de Daños de Cerdos Salvajes. "Y cuando esos entran en
los cerdos", dice, podrían "crear un nuevo virus de la gripe".
"Así que yo diría que nuestro riesgo con los cerdos es mayor que
con otras especies de fauna más tradicionales, en parte por su naturaleza
gregaria, nuestra proximidad a ellos y simplemente por su número".
Contraatacando contra los cerdos salvajes invasores:
Hasta ahora, intentar acabar con los cerdos salvajes no ha funcionado.
Las autoridades de las Smokies han eliminado más de 15 000 cerdos asilvestrados
desde que se iniciaron las actividades de captura y caza, pero la población
sigue relativamente igual, afirma Stiver.
"Lugares como Florida, California, Oklahoma, Texas... sus
poblaciones son tan grandes y están tan extendidas... que la erradicación no es
realmente el objetivo en este momento", dice Brown. "Se trata de
gestionar los daños".
Sin embargo, en las zonas fronterizas donde los jabalís aún no se han
establecido del todo, hay destellos de esperanza.
En 2021, el equipo de Guerrant eliminó 9857 cerdos asilvestrados del
estado de Misuri, que representa el límite septentrional del área de
distribución de los cerdos salvajes en el Medio Oeste: una reducción del 60%.
Guerrant coordinó la exitosa respuesta entre 13 organismos federales y
estatales, así como organizaciones agrícolas y de conservación.
A fin de cuentas, los expertos afirman que el control de los cerdos
asilvestrados compensa con creces los costes, aunque los beneficios no sean
evidentes a primera vista.
"Podemos valorar fácilmente el precio de un acre de maíz",
dice Brown. "Pero cuando nos fijamos en el coste de la propagación de la
enfermedad, ni siquiera podemos imaginar el coste que supondría".
"Eso es lo que estamos previniendo ahora", dice Brown.
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