El Muro Occidental, también conocido como el
“Kotel” o Muro de los Lamentos, es uno de los restos del Segundo Templo de
Jerusalén. Es un muro que rodeaba el Monte del Templo y también servía como
muro de contención para la plataforma artificial del Monte del Templo,
construida en la época del rey Herodes hace unos 2050 años.
Tras la
salida de Egipto y la entrada de los Hijos de Israel en la Tierra de Israel, el
lugar exacto del Templo no estaba claro ni definido, ya que en el desierto se
había dicho a los Hijos de Israel que el Templo se establecería “en el lugar
que Dios eligiera”.
Después de aproximadamente 400 años en
los que el Tabernáculo temporal servía como lugar sagrado, el lugar elegido por
Dios para Su presencia se reveló: Jerusalén.
Durante el periodo del Primer Templo,
así como la mayor parte del periodo del Segundo Templo, el Templo se encontraba
en la cima de una montaña natural, el Monte Moriah. La zona sagrada estaba
claramente delimitada, pero no por muros grandes y monumentales.
El cambio principal se produjo durante
el reinado del rey Herodes hace unos 2050 años. Herodes fue un rey cruel que
ejecutó a muchas personas, incluyendo a muchos sabios de Israel. Tras una
conversación con el sabio Baba ben Buta, Herodes decidió redimirse de sus actos
y, siguiendo el consejo de este sabio, decidió embellecer el Templo. Con el
financiamiento de Herodes, los judíos comenzaron el proyecto de construcción.
Así como
en el propio Templo el lugar más sagrado estaba en la parte más occidental del
edificio, también en ausencia del Templo la Presencia Divina nunca se ha
apartado del Muro Occidental.
Tras la destrucción del Segundo Templo,
el Muro Occidental se convirtió en un lugar de oración y lamento por la
destrucción para el pueblo judío. El Muro simboliza la profunda conexión del
pueblo judío con el lugar del Templo y la esperanza de reconstruir Jerusalén.
Después de la Guerra de los Seis Días en 1967,
cuando la Ciudad Vieja de Jerusalén volvió a estar bajo el control del Estado
de Israel, se llevaron a cabo importantes renovaciones en la zona del Muro. Se
creó una gran explanada de oración que permite que miles de visitantes recen al
mismo tiempo. Además, se revelaron otras partes del Muro y se llevaron a cabo
excavaciones arqueológicas que añadieron información histórica sobre el lugar.
El Muro Occidental, construido originalmente hace
unos 2000 años, sigue siendo uno de los símbolos centrales del judaísmo y de la
conexión espiritual e histórica del pueblo judío con Jerusalén. El Muro sigue
siendo un lugar de peregrinación y oración, un símbolo de fe, recuerdo del
pasado y esperanza para el futuro.
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