El Papa León XIV agradeció este
domingo la labor que hacen algunas asociaciones católicas “comprometidas con la
solidaridad hacia la población de la Franja de Gaza” y aseguró que “quien ama
de verdad trabaja por la paz”.
“Con ustedes y con los pastores de las Iglesias en Tierra Santa
repito: no hay futuro basado en la violencia, en el exilio forzado, en la
venganza. Los pueblos necesitan paz. Quien ama de verdad trabaja por la paz”,
subrayó el Pontífice durante el ángelus de este domingo.
Asomado al balcón de su estudio
privado en el Palacio Apostólico, el Santo Padre elogió el trabajo que están
realizando en favor de la paz en Gaza estas iniciativas.
“Me dirijo sobre todo a los representantes de diversas
asociaciones católicas comprometidas con la solidaridad hacia la población de
la Franja de Gaza. Queridísimos, aprecio su iniciativa y muchas otras que, en
toda la Iglesia, expresan cercanía a los hermanos y hermanas que sufren en esa
tierra martirizada”, dijo el Santo Padre.
La semana pasada un grupo de sacerdotes y religiosos lanzaron en
Italia una red internacional con el objetivo de denunciar “la violencia
injustificada contra la población palestina”, pedir el respeto “del derecho
internacional” y organizar eventos de oración y de otro tipo para ayudar a la
población palestina.
Bajo el nombre “Sacerdotes contra
el genocidio”, esta iniciativa ya cuenta con más de 500
adhesiones en todo el mundo, según los propios organizadores.
Además, antes del rezo del Ángelus,
el Santo Padre invitó a los fieles a reflexionar sobre la administración de los
bienes materiales y, más profundamente, sobre cómo cada persona gestiona el don
de la propia vida.
"No somos dueños de
nuestra vida" ni de los "bienes que disfrutamos"
Inspirado en la parábola del
administrador infiel (Lc 16,1-13), el Pontífice subrayó: “Nosotros no somos
dueños de nuestra vida ni de los bienes que disfrutamos; todo nos ha sido dado
como don por el Señor y Él ha confiado este patrimonio a nuestro cuidado, a
nuestra libertad y responsabilidad".
El Papa explicó que la parábola
presenta la imagen de un administrador llamado por su señor a rendir cuentas de
su gestión.
A continuación, León XIV destacó la importancia de esta
enseñanza y aseguró que un día también seremos llamados a “rendir cuentas de
cómo hemos administrado a nosotros mismos, nuestros bienes y los recursos de la
tierra, tanto ante Dios como ante los hombres, la sociedad y, sobre todo, ante
quienes vendrán después de nosotros”.
Comentando la actitud del administrador, el Pontífice señaló que
el administrador de la parábola, "aun en la gestión de la riqueza
deshonesta de este mundo, encuentra un modo para tener amigos, saliendo de la
soledad del propio egoísmo".
El veneno de la competición
"a menudo genera conflictos"
Así, el Papa subrayó que si se sigue
el criterio del egoísmo, “poniendo la riqueza en primer lugar y pensando solo
en nosotros mismos”, esto acaba por aislar “de los demás” y esparcir “el veneno
de una competición que a menudo genera conflictos”.
El Pontífice propuso en cambio
reconocer todo lo que tenemos como un don de Dios y usarlo como instrumento de
compartición.
“Úsenlo para crear redes de amistad y solidaridad, para edificar
el bien, para construir un mundo más justo, más equitativo y más fraterno”,
indicó antes de encomendar esta intención a la intercesión de la Virgen María.
“Recemos a la Virgen Santa, para que interceda por nosotros y
nos ayude a administrar bien lo que el Señor nos confía, con justicia y
responsabilidad”, concluyó.
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