SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



sábado, 27 de septiembre de 2025

¡Y NO APRENDEMOS!: Los BOSQUES almacenan hasta un millón de MICROPLASTICOS por metro cuadrado tras décadas de «lluvia plástica»

 

Investigadores de la Universidad Técnica de Darmstadt descubrieron que los suelos forestales contienen grandes cantidades de microplásticos, que llegan principalmente a través del aire.



·         Microplásticos en suelos forestales.

·         Vía principal: deposición atmosférica.

·         Bosques como trampas naturales.

·         Desde los años 50, acumulación continua.

·         Contaminación comparable a zonas urbanas.

·         Efectos sobre el ecosistema aún inciertos.

Lluvia plástica: los bosques están atrapando microplásticos del cielo



Cuando se piensa en la contaminación por plásticos, la atención suele centrarse en los océanos, los ríos o incluso los entornos agrícolas. Sin embargo, un nuevo estudio realizado por el Instituto de Tecnología de Darmstadt (TU Darmstadt) rompe ese esquema. Los investigadores han descubierto concentraciones significativas de microplásticos en suelos forestales, demostrando que incluso los ecosistemas más remotos están expuestos a la contaminación plástica a través del aire.

Microplásticos que caen del cielo

A diferencia de los suelos agrícolas, donde el uso de fertilizantes y compost contaminados con plásticos es común, los bosques no tienen fuentes evidentes de contaminación directa. Sin embargo, el aire sí. La atmósfera se ha convertido en una vía de transporte de microplásticos, que viajan cientos o miles de kilómetros desde sus puntos de origen hasta depositarse en las copas de los árboles.

Las hojas funcionan como filtros naturales. Con cada lluvia o caída otoñal, los plásticos atrapados descienden al suelo. Este fenómeno, descrito como el «efecto peine«, transforma al dosel forestal en una red de captura de contaminación aérea. Se trata de un proceso silencioso, continuo y prácticamente invisible.



El suelo como archivo de plástico

Una vez que los microplásticos llegan al suelo, no permanecen en la superficie. Los procesos naturales del bosque —como la descomposición de la hojarasca y la actividad biológica de insectos y hongos— arrastran las partículas hacia capas más profundas. Así, los suelos se convierten en depósitos a largo plazo de esta forma de contaminación.

El equipo registró concentraciones de entre 120 y más de 13.000 partículas por kilogramo de suelo, y hasta casi un millón de partículas por metro cuadrado en algunos puntos. Esto pone en evidencia que la carga plástica en suelos forestales puede igualar, e incluso superar, la de suelos urbanos o agrícolas.

¿De qué están hechos estos plásticos?

El análisis químico identificó que los polímeros predominantes son polipropileno, polietileno y poliamida, materiales frecuentes en empaques, textiles y productos de consumo masivo. La mayoría de las partículas eran fragmentos diminutos o películas finas, menores a 250 micrómetros, imperceptibles a simple vista y con un alto potencial de dispersión.

La similitud entre los plásticos hallados en la superficie de las hojas y los del suelo indica que la principal fuente es la deposición atmosférica, no actividades humanas dentro del propio bosque. Prácticas como la recolección de madera o el tránsito humano aportan una fracción ínfima en comparación.

Una acumulación que lleva décadas

Los investigadores calcularon que los niveles actuales de microplásticos en los suelos forestales coinciden con una deposición progresiva desde mediados del siglo XX, coincidiendo con el auge global de la producción de plásticos en la década de 1950. Es decir, los bosques han estado capturando microplásticos durante más de 70 años, sin que nadie lo supiera.

Este hallazgo convierte al suelo forestal en una especie de “registro fósil” del impacto humano en la era del plástico. Cada centímetro de tierra cuenta una historia de consumo, dispersión y negligencia ambiental.

 

 

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