Comparto a continuación
una reseña del encuentro que realizamos en el marco de la celebración de la Semana Mundial de la Armonía Interconfesional
2014, en esta ocasión bajo el lema "Por la paz en Siria, en Medio
Oriente y en el mundo" .
Aprovechamos la ocasión
para saludarle atentamente.
Semana Mundial de
Una vez más la paz se afirmó en palabras y
ratificó con gestos en la emotiva celebración de la Semana Mundial
de la Armonía Inter-confesional “Por la paz en Siria, en Medio
Oriente y en el mundo” del 6 de febrero en la Embajada para la Paz , en Buenos Aires. Hacia
allí confluyeron las intensiones e invocaciones de los representantes de las
distintas tradiciones religiosas: hinduista, budista, judía, islámica y
cristiana: ortodoxa, católica y evangélica, quienes regaron un olivo como
signo de compromiso “por la vida y por la paz” luego de su oración,
meditación o cántico.
Distintos sentimientos se entremezclaron en
el transcurrir del acto. Causó dolor escuchar algunos testimonios de la cruda y
triste realidad que se vive en algunos lugares de la llamada “Tierra Santa”. En
Siria se estima se produjeron más de 130 mil muertes, hay unos 300 mil niños huérfanos
y unos seis millones de desplazados, con carencia de alimentos y problemas de
acceso al agua y a infraestructuras sanitarias adecuadas. Pero prevaleció el
amor como estandarte y el afecto fraternal en los saludos y abrazos del cierre.
“Esperanza y compromiso”
“No son sólo palabras, son una esperanza (…)
América Latina es un ejemplo (de
convivencia), que (esperamos) el mundo mire como una esperanza”,
señaló el Sr. David Smith, director del Centro de Información de las
Naciones Unidas para Argentina y Uruguay, al hablar de la crisis que se
vive en diferentes partes del mundo y al contextualizar la fecha establecida
por el organismo en el 2010 al ponderar la importancia del diálogo
interreligioso en la resolución de conflictos. Fue el primero que cumplió con
el protocolo de echar agua a un arbolito dispuesto en el centro del escenario,
un significativo símbolo de paz en las diferentes confesiones. Al mismo se
sumaron luego de sus correspondientes palabras alusivas algunos referentes de
las entidades auspiciantes. A su momento el Sr. Horacio Daboul,
presidente de la Asociación
Liga Árabe Cultural y Social y directivo de otras
varias instituciones, aludió al compromiso que lo moviliza en el tema
convocante como descendiente de sirios. También al desafío de hacer un acto al
iniciar el año y con escaso tiempo para la organización, lo que muestra una vez
más que hay muchas más personas empeñadas en la causa de la paz de lo que uno
se pueda imaginar, relegando comodidades, particularismos y prejuicios. Sobre
el final invitó a los presentes a sumarse a las campañas de ayuda humanitaria
para los afectados del país desbastado por los enfrentamientos.
“Donde hay paz, hay desarrollo”, sentenció posteriormente el Sr. Juan Sarrafian,
presidente de la Federación
Argentina de Colectividades. “Se nos permite
hacer lo que queremos ser”, destacó el titular de una especie de “mini ONU
de organizaciones de la sociedad civil” en nuestro país al valorar la
hospitalidad que se le brindó a cada grupo de inmigrantes que llegó a nuestra
nación. “En la esfera de la comunicación debe esperarse un aporte más
constructivo”, dijo a su turno la Lic. Soledad Mayansky, coordinadora
de Proyectos de Equilibrium Global, puesto que “hoy es desde los
medios donde se alimentan los estigmas negativos sobre algunos grupos sociales
y sobre aquellos que profesan diferentes religiones. Tenemos que promover la
armonía inter-religiosa para que prevalezca un espíritu de compromiso social y
ciudadano para el diálogo y la tolerancia”, enfatizó. “El diálogo
interreligioso y al interior de las religiones son componentes adicionales y
complementarios del diálogo intercultural y de una cultura de paz”, afirmó
la joven de la entidad promotora del multilateralismo.
Rosetta Conti, presidente de la Federación
de Mujeres para la Paz
Mundial capítulo argentino, resaltó el importante rol de
la mujer para la paz: “Siempre al lado de quien sufre” al recordar su
participación en una de las tantas peregrinaciones en Medio Oriente, donde
la UPF desarrolla distintas iniciativas
promoviendo el encuentro. Muy particularmente entre los descendientes del “Padre
de la fe” Abraham. Martín Aldama, por el Foro Permanente
para la Educación
, la Ciencia
y la Cultura
por la Paz
(FOPAZ), enfatizó en los valores de la “fuerza, la sabiduría y la
paciencia”. Fue al momento que un grupo de representantes de otras
organizaciones, que auspiciaron o adhirieron al acto, cumplieron con el
singular rito de compromiso, con su presencia física o acompañamiento afectivo
y espiritual: Cátedra UNESCO de Educación para la Paz y la Comprensión
Internacional / Fundación Educativa Internacional
/ Asociación Civil Mediante Procesos Participativos y Pacíficos / AMIA
/ Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe (AELAC) - Filial
Buenos Aires / Fundación Argentina a las Naciones Camino a la Verdad / “América
Madre” Institución Cultural Internacional / Comisión Informalidad
Laboral, Economía Social y Trabajo Decente, Consejo Consultivo de la Sociedad Civil
/ Rotary Club de Parque de los Patricios / Programa “Y volverán a
ser árboles” / Hogar San José - Mensajeros de la Paz Internacional
/ Cámara de Comercio, Industria, Turismo y Servicios de Parque de los
Patricios / Municipio de Dolores a través de su delegado cultural,
el joven poeta Mario Cáceres.
“Cultura de
fraternidad”
El Swami Pareshananda, de la Orden Ramakrishna
en Argentina, fue quien inauguró las oraciones interreligiosas, el momento medular del encuentro. Previo a un canto védico, compartió para la
reflexión un extracto de la
Autobiografía del fundador de la UPF sobre el “amor
verdadero”, principio y esencia de las distintas tradiciones espirituales.
El Maestro Zhi Han, creador de la Fundación Bodhiyana
en Argentina, hizo una práctica de meditación compasiva para generar
energía positiva con los presentes, acompañado por los maestros In Tse y
Hui Xin. Seguidamente fue presentado Monseñor Crisóstomo Juan Gassali,
autoridad máxima de la
Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquia en
Argentina, cuyo origen se remonta a los inicios de la cristiandad en la época
apostólica, cuando Antioquia era la capital de Siria. “Antes que santos
tenemos que ser humanos”, señaló al dar cuenta de la dura realidad que
sufre aquel país hace tres años. Oró luego el Padre Nuestro en la lengua
de la tierra de Jesús (arameo). El Padre Mejitar, de la Iglesia San
Gregorio El Iluminador, también de tradición cristiana ortodoxa (Armenia
Apostólica), hizo igualmente mención al “salvajismo que no tiene
límites” en Medio Oriente y elevó una súplica del Siglo VII. Con la
intensión puesta en el restablecimiento de la paz en la región, que en este
momento convoca a esperanzadoras instancias de diálogo intergubernamentales
entre los sectores involucrados en la crisis de Siria, llamado “Ginebra
II”, y entre palestinos e israelíes.
El Rabino Arieh Sztokman, quien
desarrolla un amplio ministerio espiritual e interreligioso y de servicio en
diferentes comunidades judías, entre ellas el Hogar de Ancianos “Adolfo
Hirsch” de San Miguel de la
Provincia de Buenos Aires, contó la “anécdota de la manzana”,
una lección para recuperar la esencia de las cosas y despojarse de prejuicios: “Todos
somos iguales en el interior”. Al momento de regar el olivo se sumaron
referentes de su comunidad y también el Sheij Abdel Nabi Al Hafnawy, del
Centro Islámico de la
República Argentina , quien posteriormente resaltó la paz
como “la base de todo” en su breve mensaje en representación de su fe,
la segunda en número a nivel mundial después del cristianismo. El Padre
Nuestro que elevó a su turno el Padre Jordi, Párroco del Santuario
San Antonio de Padua; y el poema compartido por la Pastora Alba
Rosa Contardo, de la
Iglesia Cumbre Mundial de los Milagros,
resaltaron la hermandad y acrecentaron el anhelo de superar el primitivo
paradigma de la confrontación. Ambos reafirmaron el ejemplo y el amor como
camino cotidiano para cimentar la paz, acompañados por otros religiosos y
público que siguió atento el desarrollo del acto, escuchó con sublime respeto
cada palabra y fue partícipe de cada gesto, signo de esperanza concretada en la fuerza colectiva.
Durante el encuentro se hizo un minuto de
silencio por las víctimas de Siria y de todos los conflictos. También por
quienes en la semana ofrendaron su vida en cumplimiento de su deber en un
incendio y derrumbe de Barracas (Buenos Aires). Todo el auditorio se puso de
pie para expresar sus condolencias a familiares y manifestar su gratitud por semejantes
actos de servicio, que dan cuenta de la grandeza que hay al interior de las
distintas organizaciones en la vida cotidiana. Los saludos y abrazos fraternos
entre los religiosos y todos los presentes marcaron el cierre, mientras se
invitaba a los presentes a sumarse a la campaña de ayuda humanitaria por Siria.
Manifestaciones de diálogo y solidaridad para expandir la “cultura del
encuentro” en los diferentes ámbitos, siendo canales y puentes de
convivencia y paz. Una expresión del Papa Francisco, quien bajo el lema
con el que la UPF
Argentina convocó a esta celebración interreligiosa,
lideró la voz de paz en aquella recordada jornada de ayuno y oración del 7 de
septiembre, cuando nuevas sirenas anunciaban lo que los analistas
internacionales interpretaban como el desencadenamiento de la Tercera Guerra
Mundial. Pero prevaleció el sentido común, por la fuerza de la espiritualidad y
el corazón, de tantos hombres y mujeres de buena voluntad, que anhelan e
invierten día a día alma y vida por un mundo mejor. Aspiración que se realizará
universalmente a pasos lentos o acelerados conforme la grandeza y valor del
liderazgo, y el compromiso cotidiano de quienes se sumen a caminar juntos hacia
la “tierra de la promesa”, de prosperidad y paz.
Lic. Miguel Werner
Secretario General UPF Argentinaargentina@upf.org / www.upf.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario