Si ya padeces de hígado graso, las recomendaciones que te acabamos de ofrecer sobre la prevención de esta enfermedad también te ayudarán a evitar que continúe su desarrollo y que llegue a eevolucionar a niveles más graves. Pero será necesario además que adoptes otras medidas encaminadas a recuperar la salud de tu hígado dañado y estas medidas son las siguientes:
Extrema el cuidado al perder peso
Si tienes que perder algunos kilos para solucionar un problema de sobrepeso hazlo con mucho cuidado y bajo la supervisión de un profesional de la nutrición, porque la enfermedad del hígado graso requiere que la pérdida de peso sea muy gradual. Ten presente que las dietas de adelgazamiento actúan sobre el metabolismo de nuestro cuerpo y que esto tiene unas consecuencias que podrían añadir complicaciones a la enfermedad del hígado graso.
Bebe agua en abundancia
El agua es un elemento que favorece la eliminación de toxinas y, en consecuencia, contribuye a la desintoxicación de nuestro organismo en general y del hígado en particular. Por estas razones resulta especialmente importante que bebas un mínimo de 2 litros diarios de agua cuando padeces de hígado graso, repartidos en 8 tomas de 250 ml cada una.
La correcta hidratación de tu organismo favorecerá también la regeneración celular del hígado.
Evita totalmente el alcohol
El alcohol es una sustancia que obliga al hígado a trabajar en exceso para su metabolización, produciendo residuos tóxicos que impiden su correcta funcionalidad, por lo que debes erradicarlo totalmente de tu vida mientras padezcas la enfermedad del hígado graso.
Evita o reduce el consumo de tabaco
El tabaco también libera en nuestro organismo un elevado número de sustancias tóxicas perjudiciales para el hígado, por lo que es otro factor a evitar cuando se padece la enfermedad del hígado graso. Preferiblemente, deberías abandonar este hábito si eres fumador, al menos hasta que tu hígado haya recuperado un buen estado de salud.
Controla el estrés
Cuando te encuentras sometido a niveles elevados de estrés, tu organismo libera grandes cantidades de dos hormonas, que son la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas tienen efectos perjudiciales sobre el sistema inmunitario y el hígado cuando se mantienen en concentraciones elevadas durante largos periodos de tiempo, por lo que debes evitar las causas que las producen.
Organiza tu plan de alimentación en 5 comidas diarias
Teniendo presente que nuestro organismo acumula en forma de grasas la mayor parte de los nutrientes que consumimos en exceso, una dieta orientada a favorecer la recuperación del hígado graso debe repartir convenientemente la ingesta de alimentos, para evitar que se produzcan desfases importantes entre lo que consumimos y lo que necesitamos.
Para lograr este objetivo, nuestra recomendación es repartir la ingesta diaria de alimentos en 5 comidas, con la finalidad de asegurar unos niveles estables de nutrientes en nuestro organismo y evitar que ninguna de las comidas sea demasiado abundante. Lo correcto sería realizar 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y dos tentempiés, uno a media mañana y otro como merienda.
Controla el consumo de proteínas
El déficit de proteínas puede tener consecuencias negativas para el hígado graso y provocar que la enfermedad evolucione a estados más graves, por lo que la dieta debe incluir un alimento proteico en cada una de las tres comidas principales, como pescado blanco, carne de ave o de conejo, legumbres con cereales, lácteos bajos en grasa, seitán o tofu.
Pero tampoco es conveniente excederse en el consumo de proteínas sobre la cantidad diaria recomendada, la cual es de 0,8 gr por kilo de peso para una persona adulta.
Evita las grasas saturadas y las grasas trans
Estas grasas, que se caracterizan por su estado sólido a temperatura ambiente, son responsables de que se produzcan unos niveles elevados de colesterol malo en el torrente sanguíneo y esto tiene unos efectos muy perjudiciales para el hígado, especialmente cuando se padece la enfermedad del hígado graso.
Además de las grasas animales que rodean algunas piezas de carne, los lácteos sin desnatar y las carnes rojas son alimentos con elevados contenidos de estas grasas que se deben evitar en una dieta para combatir el hígado graso.
Incorpora alimentos ricos en fibra a tu dieta
La fibra contribuye de manera destacada a regular la absorción de grasas y colesterol desde el intestino, a la vez que favorece la eliminación de toxinas al arrastrarlas para su expulsión al exterior de nuestro organismo.
Una dieta para recuperar la salud del hígado graso debería incluir 3 piezas diarias de fruta, de las que una debe ser un cítrico, dos raciones diarias de verduras y hortalizas, una en el almuerzo y otra en la cena, y otras dos raciones diarias de cereales integrales como arroz, pasta, pan, o cereales de desayuno. También debe contemplar los frutos secos a razón de una ración de 25 g cada día o cada dos días.
Evita los alimentos procesados
Cuando se padece de hígado graso hay que poner mucho interés en que la dieta incluya el menor número posible de alimentos procesados como los precocinados, la bollería industrial, los embutidos o las conservas, debido al elevado contenido de conservantes, grasas saturadas, azúcares refinados y sal que se utilizan en los procesados industriales.
ALIMENTOS RECOMENDADOS PARA RECUPERAR EL HÍGADO GRASO
Legumbres
Las legumbres constituyen uno de los alimentos que más favorecen la recuperación del hígado graso debido a su elevado contenido de proteínas, aunque incompletas, a su aportación moderada de calorías que contribuye a controlar nuestro peso y a su elevado contenido de fibra que ayuda a reducir los niveles de colesterol, otro factor desencadenante del hígado graso.
Una ración de 200 g de legumbres cocidas cada 2 días es suficiente, mientras que una cantidad superior podría resultar excesiva.
Frutas digestivas
Este tipo de frutas nos ofrecen un alto contenido de enzimas que favorecen la digestión y que tienen además propiedades antiinflamatorias. Entre las frutas digestivas más destacadas están la piña, la papaya, el aguacate, la manzana y los higos.
Limón
El limón contiene cantidades elevadas de vitamina C, que es un potente desintoxicante del organismo, especialmente si se toma en ayunas (rebajado con agua tibia) o como aliño de ensaladas.
Kiwi
Esta fruta, que también es digestiva, destaca por su alto contenido de fibra y de vitamina C, lo que le otorga un gran poder antioxidante y dexintoxicante, a la vez que contribuye a regular la absorción de grasas y de colesterol desde el intestino.
Fresas
Por su alto contenido de vitamina C , de ácidos orgánicos y de fibra, Las fresas tienen una capacidad elevada para fortalecer nuestro sistema inmunitario, depurar nuestro organismo y desintoxicar el hígado, que es una de las mejores acciones para recuperar el hígado graso.
Semillas de chía y linaza
Estas semillas aportan mucha fibra y un alto contenido de ácidos grasos omega 3, por lo que resulta muy beneficioso añadirlas a ensaladas y yogures.
Alcachofa
Es una de las verduras más adecuadas para el hígado graso, porque contiene un principio activo denominado cinarina, que favorece considerablemente la regeneración del hígado y contribuye a mejorar sus funciones.
Zanahoria
La zanahoria cruda aporta un contenido elevado de fibra y de vitamina A en forma de betacarotenos, que también tienen propiedades antioxidantes y desintoxicantes muy potentes.
Curcuma
La curcuma es un colorante que tiene principios digestivos y descongestionantes del hígado. Esta especia se puede consumir añadiendo una cucharada a los cereales hervidos como el arroz o la pasta.
Cardo mariano
El cardo mariano es uno de los mejores aliados para recuperar la salud del hígado. Es una planta que te ayudará a desintoxicar el hígado, a reducir su inflamación y facilitará la reparación de los tejidos dañados.
Si lo quieres tomar como infusión necesitarás un cuarto de litro de agua hirviendo y una cucharadita de las hojas. Después dejas reposar la infusión entre 10 y 15 minutos, la cuelas y estará lista para que la tomes.
Nuestra recomendación es que tomes entre una y dos infusiones de esta planta cada día.
Boldo
La planta del boldo es otro buen aliado para recuperar la salud del hígado graso. Sus cualidades más importantes son favorecer la reparación de los tejidos dañados del hígado y de la vesícula y estimular la expulsión de la bilis retenida en la vesícula. Es también un potente diurético que favorece la eliminación del exceso de sodio a través de la orina
Para hacer una infusión de boldo deberás hervir una cucharadita de hojas secas de boldo por cada 250 ml agua durante 15 minutos. Después dejas reposar la infusión otros 15 minutos y la cuelas.
Puedes consumir este preparado de té de boldo hasta tres veces al día. Pero ten presente que el boldo tiene algunos efectos secundarios y contraindicaciones que lo hacen desaconsejable para personas con problemas renales, para mujeres embarazadas y para pacientes con enfermedades hepáticas graves.
IMPORTANTE
Este artículo no pretende sustituir ninguna opinión médica que pueda recomendarte algún tratamiento farmacológico para combatir la enfermedad del hígado graso, sino que pretende complementarla desde nuestra experiencia en el ámbito de la nutrición y del cuidado de la salud con métodos naturales. -Siempre es recomendable visitar al medico de cabecera-
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