La noticia impactó ni bien comenzó a
divulgarse por la Internet: excavaciones al norte de la India demuestran la existencia de restos de hombres de diez
metros de alto. Según se indicaba, se trataría de una especie
extinta de gigantes de la cual, mucha gente creía en la India
pero de la cual no existían pruebas de su existencia, los resultados de estas
excavaciones eran lo que se necesitaba para evidenciar que fueron reales.
Claro, con el tiempo se logró saber que todo
esto era tan solo una mentira creada por un programa de diseño de
computadora. En verdad el esqueleto le pertenecía a un mastodonte
prehistórico, siendo el craneo humano que se mostraba un
montaje que daba la sensación de estar viendo un esqueleto enterrado. Todo era
una invención tecnológica.
La noticia se divulgó por la red, y nuevas
personas que no se habían enterado de la falsedad de esta información
terminaban creyendo en la existencia de un esqueleto de gigante en territorio
indio, es más, comenzaron a surgir gran variedad de historias sobre la manera
en que se descubrieron estos restos
arqueológicos, siendo la más popular la que aseguraba que se
trataba de un hallazgo hecho por los arqueólogos de la National Geographic,
asegurando que ellos tenían la exclusiva en cuanto a información debido a que
el gobierno de la India trabajaría en equipo con ellos, dejando sin informar a
otros medios.
Se “afirmaba” que la National Geographic
inició este trabajo secretamente intentado descubrir la verdad sobre la desaparición
de supuestos hombres gigantes, los cuales eran creados por los dioses para
poner orden a las injusticias que envolvían al mundo entero.
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