Investigadores de la Universidad de Sydney han desarrollado una
nueva forma de descomponer este tipo de plástico recurriendo a la ayuda de un
par de hongos comunes.
La mayoría de los plásticos no son fácilmente degradables y
tardan décadas en biodegradarse, lo que contamina los ecosistemas terrestres y
marinos. Uno de esos plásticos, el polipropileno, se utiliza en todo tipo de
productos, desde envases de plástico hasta muebles y juguetes. Pero en términos
de residuos plásticos, el polipropileno está sobrerrepresentado.
Debido principalmente a su corta vida
útil como envase y al hecho de que se contamina con otros plásticos, el
polipropileno recogido en la acera tiende a no separarse cuando llega a las
instalaciones de reciclaje, por lo que acaba en el vertedero.
Pero la ayuda puede estar al alcance de
la mano, gracias a una nueva técnica de reciclaje desarrollada por
investigadores de la Universidad de Sídney con la ayuda de unos sencillos
hongos.
La contaminación por plásticos es, con
diferencia, uno de los mayores problemas de residuos de nuestro tiempo. La
inmensa mayoría no se recicla adecuadamente, lo que significa que a menudo
acaba en nuestros océanos, ríos y vertederos. Se calcula que 120 millones de
toneladas se han acumulado en los ríos del mundo y 33 millones de toneladas se
encuentran ahora en los océanos del mundo, con fuentes que estiman que esto
pronto superará al total de peces.
Amira
Farzana Samat, autora principal del estudio.
Los investigadores recurrieron a dos hongos comunes en el suelo
y las plantas, Aspergillus terreus y Engyodontium
album. Los
hongos son increíblemente versátiles y se sabe que son capaces de descomponer
prácticamente todos los sustratos. Este superpoder se debe a su producción de
potentes enzimas, que son excretadas y utilizadas para descomponer los
sustratos en moléculas más simples que las células fúngicas pueden absorber.
Dee
Carter, coautora del estudio.
El polipropileno se pretrató con luz
ultravioleta, calor o el reactivo de Fenton, una solución ácida de peróxido de
hidrógeno y hierro ferroso que suele utilizarse para oxidar contaminantes.
A continuación, se aplicaron los hongos
al polipropileno tratado en una placa de Petri y se analizó el grado de
deterioro mediante microscopía. Los investigadores descubrieron que los
hongos eran capaces de descomponer el polipropileno más eficazmente cuando se
trataba previamente con luz ultravioleta o calor. Los hongos descomponían
el polipropileno con relativa rapidez, reduciéndolo un 21% en 30 días y entre
un 25% y un 27% en 90 días.
Tenemos que apoyar el desarrollo de
tecnologías de reciclaje disruptivas que mejoren la circularidad de los
plásticos, especialmente aquellas tecnologías impulsadas por procesos
biológicos como en nuestro estudio. Es importante señalar que en nuestro
estudio aún no se ha llevado a cabo ninguna optimización de las condiciones
experimentales, por lo que hay mucho margen para reducir aún más este tiempo de
degradación.
Ali
Abbas, autor correspondiente del estudio.
En futuras investigaciones se
determinarán los procesos bioquímicos subyacentes a esta degradación impulsada
por hongos pero, por ahora, los investigadores planean mejorar la eficacia de
su método de degradación antes de buscar inversores con vistas a su
comercialización.
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