Los primeros ensayos se llevaron a
cabo en lotes de las localidades bonaerenses de Chacabuco, Balcarce y Ferré. El
cultivo estaba prohibido desde la década del '70. A través de una iniciativa entre las esferas pública y privada, la
industrialización del cáñamo empezó a dar sus primeros pasos en Argentina.
La Secretaría de
Agricultura, el Servicio Nacional
de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y el Instituto Nacional de Semillas (Inase) participaron de las primeras
cosechas experimentales.
En nuestro país, el cultivo de esta
especie estaba prohibido
desde la década del ´70, cuando se
dejó de producir.
El manejo
agronómico está a cargo de la empresa nacional Industrial Hemp Solutions (IHS),
a partir de las oportunidades que brinda el nuevo marco regulatorio en materia de
cannabis medicinal y cáñamo industrial.
Como Argentina no
cuenta con un banco de
germoplasma propio para el
cultivo, el Inase autorizó a la empresa para ingresara los materiales.
CONVENIO CIENTÍFICO
En septiembre
del año pasado, la firma IHS celebró un convenio específico con la Facultad de
Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
El objetivo
apuntó a evaluar de
diferentes variedades de cáñamo, no sólo
concentrándose en sus rendimientos, sino también en las propiedades de sus
derivados. De este modo, se buscó entender el impacto
real que puedan
llegar a producir en
aquellas industrias que elijan migrar hacia el uso de estos biomateriales.
“Brindamos todo
el apoyo necesario para el
desarrollo de todas las variedades que tenemos en el país y su relación con el
clima, particularmente en la zona pampeana y por eso estamos
recorriendo las zonas para ver cuáles se van adaptando”, explicó Daniel Sorlino, del Grupo de
Estudio y Trabajo en Cannabis (GET Cannabis) y titular de la Cátedra de
Cultivos Industriales en la Fauba.
Y agregó: “En
esta primera experiencia buscamos adaptar la maquinaria al proceso de cosecha, y así tener un paquete tecnológico
adecuado”.
CARACTERÍSTICAS DEL CÁÑAMO
El cáñamo es un
cultivo anual, que puede fijar altos valores de dióxido de carbono y captura
hasta cuatro veces más que un bosque forestal. Cabe recordar que se trata del principal gas de efecto invernadero, responsable del cambio climático.
“A su vez, es un gran
remediador de suelos que ha
demostrado la recuperación de ambientes marginales que han sido escenario de
explotaciones mineras, petroleras y de otro tipo de actividades extractivas”,
explicaron desde la Fauba.
Las fibras que se encuentran en su
tallo pueden emplearse en diversas industrias tales como construcción,
celulosa, química, energía, automotriz y textil. Al reemplazar materiales no
renovables de origen fósil, se reduce el impacto negativo de los mismos en la
cadena de valor.
A su vez, los
granos que provienen del cultivo del cáñamo son considerados a nivel mundial un
súper alimento, por lo que existe una creciente demanda de sus aceites, harinas
y proteínas en los países desarrollados.
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