Es, quizá, la vaca más grande del mundo.
Y obviamente está en Australia. Medio Internet se volvió loco anoche cuando la
cadena local 7 News Central Queensland emitió un
singular reportaje centrado en las fantasiosas virtudes físicas de tan
gigantesca vaca. Junto al resto del rebaño, Knickers tiene el aspecto de una
nave nodriza, de una figura marmórea e inexpugnable sobre la que rotan sus
pequeñas vaquitas lacayas.
Es con
seguridad, o al menos eso afirma la cadena, la vaca más grande de Australia. Y
es muy, muy rara. Castrada desde su infancia, Knickers revienta
todas las medias conocidas para su categoría (una Holstein Friesian proveniente en su origen del Norte de
Europa): sus congéneres no suelen superar los 1,2 metros de altura (hasta el
hombro, la medida estándar) y los 680 kilos de peso. Los toros más grandes
llegan a los 1,7m.
¿Cómo demonios
llegó al mundo de los vivos? Es un misterio. Su actual dueño, un granjero del
tremebundo interior australiano, explica que su tamaño le permitió esquivar el
matadero. Al ser tan grande, la logística resultaba demasiado compleja. En su lugar, Knickers comenzó a convivir con el
resto de vacas de la granja. Rápidamente se convirtió en una ayuda inestimable,
al liderar al rebaño y dirigirlo a lo largo y ancho de
los pastos. Resulta llamativo que tan
monstruosa vaca esquivara el sino de la mayor parte del ganado australiano: al parecer, de Knickers podrían haberse
obtenido más de 635 kilos de carne
disponible para el consumo (unos 450 filetes contundentes, en medidas
culinarias).
Sea como fuere, su supervivencia y posterior
descubrimiento para mayor gloria de Internet ha convertido a
Knickers en un repentino héroe popular. Es el tipo extraño y gigantón
al que te aproximas en busca de seguridad cuando hay jaleo; es la figura que se
coloca en la fila trasera del concierto para no entorpecer a los demás; es el
bicho raro al que los mortales aceptamos en nuestra mundanidad (las vacas que
le rodean son de otra raza: Wagyu).
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