El gobierno francés envió a unos 100mil inmigrantes e indigentes locales sin hogar a bordo de autobuses y los expulsó de
París en la antesala de los Juegos Olímpicos, según The New York Times.
Los inmigrantes afirmaron que les
prometieron alojamiento en otro lugar, pero que terminaron viviendo en calles
desconocidas lejos de sus hogares o que los habían señalado para su deportación.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió que
los Juegos Olímpicos mostrarán la grandeza del país, pero la Villa Olímpica se
construyó en uno de los suburbios más pobres de París, donde miles de personas
viven en campamentos callejeros, refugios o edificios abandonados.
Durante el último año la policía y los tribunales desalojaron a unas 5.000 personas de
la ciudad, la mayoría de ellas hombres
solteros. Las autoridades municipales los alientan a subirse a
los autobuses que los llevan a ciudades como Lyon o
Marsella.
Los funcionarios del gobierno de
Macron declinaron hacer comentarios, pero dijeron que se trata de un programa voluntario destinado
a aliviar la escasez de viviendas de emergencia en París.
El corazón de los Juegos Olímpicos es Saint-Denis, donde
aproximadamente una de cada tres personas
es inmigrante, el porcentaje más alto del país. El gobierno ha
gastado miles de millones en la rehabilitación de la zona.
Después de llegar a sus nuevas ciudades,
las personas sin hogar viven en refugios durante hasta tres semanas y son
evaluadas para determinar su elegibilidad para asilo.
Quienes reúnen los requisitos pueden recibir alojamiento a
largo plazo, pero aproximadamente el 60 por ciento de las personas que se
encuentran en refugios temporales no obtienen alojamiento a largo plazo.
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