SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



martes, 8 de noviembre de 2022

MONASTERIO DE WIBLINGEN: HOY PASEAMOS por LA BIBLIOTECA BARROCA más BELLA de EUROPA-

 

Estamos hablando de la Biblioteca del Monasterio de Wiblingen, una de las bibliotecas más bonitas que hay en Europa, de un estilo barroco exuberante que nos recuerda otras preciosas bibliotecas monásticas barrocas que hemos podido ir conociendo a lo largo de nuestros viajes por Europa, como la Biblioteca del Monasterio de Santk Gallen, en Suiza, o la del Monasterio Strahov, en Praga.



Pero mientras que dichas bibliotecas son bastante más famosas y atraen a miles de visitantes cada año, la biblioteca del Monasterio de Wiblingen suele pasar bastante más desapercibida y suelen ser más bien pocos los viajeros que se acercan a conocerla.

El Monasterio o abadía de Wiblingen, pero se fundó en tiempos del barroco, pues su fundación se remonta a finales del siglo XI, cuando se establece en en esta situación una filial de la abadía de San Blas, de la Selva Negra. Fueron los condes Harttmann y Otto von Kirchberg los que ofrecieron las nuevas tierras a los monjes de San Blas, y además, les ofrecieron una preciada reliquia: nada menos que un pequeño trozo de la Cruz en que Jesús fue crucificado.



Wiblingen se convierte durante los primeros siglos del segundo milenio en un importante centro monástico benedictino, donde a la severidad en el seguimiento de la regla de San Benito, se unía un importante centro de erudición que lo hizo especialmente famoso en toda la zona.



Los edificios que hemos venido a ver, no son de la época medieval y de estilo románico, que es como se construyeron las primeras dependencias monásticas que duraron durante varios siglos. Hacia principios de siglo XVIII se decide renovar las dependencias monásticas, en este caso ya con el estilo imperante en Europa en ese momento, es decir, en estilo barroco. Y la verdad es que tanto la biblioteca de Wiblingen, que nos ha llevado hasta aquí, como la maravillosa iglesia abacial, están construidas en un estilo riquísimo y que hace que la visita cumpla con las expectativas.



Cuando llegamos al monasterio nos encontramos con una desagradable sorpresa y es que hoy precisamente está cerrado, pues justamente no es hasta el día siguiente, 1 de abril, cuando comienzan las visitas diarias. Durante el invierno, el Monasterio de Wimblingen sólo está abierto sábados y festivos.



Cuando la cuidadora de la sala oye nuestra decepción con la noticia y nuestras explicaciones de que hemos recorrido casi doscientos kilómetros para llegar hasta aquí desde Heidelberg (no os perdáis el post que habla de la preciosa ciudad de Heidelberg) y que el día siguiente por la mañana seguimos ruta hacia el sur y no nos será posible visitar la biblioteca, no duda en abrir personalmente la sala para que la podemos disfrutar para nosotros solos. Una actitud que nos sorprende y maravilla a partes iguales y que no podemos dejar de agradecerle.



La biblioteca barroca de Wiblingen es la estrella del monasterio. En estilo barroco, incluso, rococó, supone uno de los mejores ejemplos de este tipo de construcciones en toda Europa. Pero la verdad es que sorprende saber que por falta de presupuesto, buena parte de las columnas y estatuas que aparentan ser de mármol, no lo son, sino que están construidas con madera pintada. Una auténtica sorpresa que nos descubre la guía que nos acompaña durante la visita y que habría pasado desapercibido si ella no nos lo indica.

La biblioteca se divide en dos pisos, aunque el superior lo forma solamente una galería que tiene una balaustrada que da directamente a la planta baja. El techo, como no puede ser de otro modo, está también ricamente decorado, con una de estas pinturas que parecen más propias de un palacio real de la época dorada de Versalles, que de un monasterio benedictino. La galería del primer piso queda sujetada por un conjunto de columnas que recorren toda la planta baja, que como he explicado, son de madera, pero tan preciosamente trabajadas que hace que el efecto escénico sea realmente excepcional. Cuatro estatuas (dos a cada lado), presuntamente de mármol, pero en verdad también de madera, decoran igualmente la preciosa estancia.

Por cierto, el lema de la Biblioteca del Monasterio de Wiblinegen que los visitantes pueden ver en la entrada es «En quo omnes tesauros sapientiae te Scientiae» (en el que se almacenan todos los tesoros del conocimiento y la ciencia); es decir, una auténtica declaración de intenciones.

Visitada la Biblioteca del Monasterio nos acercamos hasta la iglesia abacial del Monasterio de Wiblingen que nos deja igualmente boquiabiertos, tanto en el diseño como en la ornamentación y en los frescos del techo. En cualquier caso, es más habitual encontrar este tipo de iglesias barrocas por Europa, mientras que de bibliotecas barrocas tan excepcionales como la del Monasterio de Wiblingen son más difíciles de encontrar. En la iglesia se custodia precisamente la reliquia de la Vera Cruz que, como comenté, fue un regalo de los condes von Kirchberg, mecenas y fundadores del cenobio.


Además de la biblioteca y de la iglesia, en el Monasterio de Wiblinguen se ubican varias dependencias de la Universidad de Ulm, que es la encargada actualmente del mantenimiento del cenobio, así como un museo del monasterio, que no podemos visitar porque como explicaba, las visitas diarias no empiezan hasta el uno de abril. Al igual que la visita del Monasterio de Maulbronn, Patrimonio de la Humanidad y muy cerca de aquí, la visita a la biblioteca barroca del Monasterio de Wiblingen, una de las bibliotecas más bonitas del mundo, ha satisfecho por completo nuestras expectativas.

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