La naturaleza tiene una
solución a la crisis global del agua: los árboles. ¿Qué tienen las personas y
los árboles en común? Son sistemas de vida complejos, diseñados por la
naturaleza. Ambos son altamente dependientes del agua para sobrevivir, y cada
uno depende en última instancia del otro para un acceso seguro al H2O que
necesita.
La tecnología de la naturaleza:
Nuestro planeta azul se está quedando sin agua dulce, la
fuerza vital que mantiene a todas las personas. Mientras que el 70 por ciento
de la Tierra está cubierta de agua, solo el 3 por ciento de eso es agua dulce.
Y los humanos consumen agua a un ritmo más rápido que la capacidad de la
naturaleza para reponerla.
Nuestro planeta ya tiene ecosistemas especialmente
diseñados para sobreponerse a los desafíos medioambientales. La respuesta a la
escasez de agua se encuentra en la tecnología de la naturaleza, especialmente
en los bosques.
Para ilustrar este escenario, el PNUD se acercó a Planet,
la compañía que produce imágenes satelitales de la Tierra, para obtener
fotografías que revelan la magnitud del peligro y destacar las soluciones
basadas en la naturaleza para enfrentar este desafío global.
Hacer que llueva
Décadas de mala gestión, contaminación y consumo excesivo
han desequilibrado nuestros sistemas de agua. Y el cambio climático está
agravando el problema. Al ritmo actual de uso del agua, para 2050, más de la
mitad de la población mundial correrá el riesgo de escasez de agua, según Make Every
Drop Count, un informe de 2018 de las Naciones Unidas y el Banco
Mundial sobre la crisis mundial del agua.
Los bosques son nuestros mejores aliados para asegurar
los recursos de agua dulce de los que depende la vida en el planeta. Es sabido
que las raíces de los árboles absorben agua del suelo para sobrevivir. Pero lo
que se conoce menos es la capacidad de los árboles para hacer llover.
El 40% de las precipitaciones anuales de nuestro planeta
provienen de la evapotranspiración, que ocurre cuando los árboles
"exhalan" humedad a través de sus hojas. La neblina que esto genera
puede verse por los satélites en todo el espacio exterior.
Los bosques tropicales de la
Tierra regulan las precipitaciones globales. Cuando una de estas pierde
demasiados árboles, los efectos en el clima se pueden sentir a medio mundo de
distancia. Según el Banco Mundial, desde la década de 1990 y a nivel global, cada
hora se pierde el equivalente a 1.000 estadios de fútbol.
La capacidad de los bosques de hacer llover es la clave
del suministro de agua y los patrones de lluvia de nuestro planeta. Proteger el
abastecimiento de agua dulce comienza con la defensa de nuestros árboles.
Restaurar
el equilibrio
Los socios del PNUD y de la ONU trabajan con los países
para preservar los bosques tropicales más grandes del mundo, como la Amazonía,
la selva tropical del Congo y los bosques de Papúa Nueva Guinea. Al trabajar
con gobiernos y empresas, buscamos la gobernanza de los recursos hídricos
(desde la administración y gestión hasta políticas y leyes) como una solución
para restablecer el equilibrio. ONU-REDD es un ejemplo de este esfuerzo.
Desde 2008, el PNUD ha formado parte de ONU-REDD, una
alianza con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) y ONU Medio Ambiente. Juntos apoyan a los gobiernos a medida
que crean políticas y acciones nacionales para proteger los bosques, combatir la
tala ilegal y plantar más árboles.
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