MUNDO
El crimen de al menos 23 inmigrantes por parte de la
Policia marroquí durante su intento de ingresar en el enclave español de
Melilla encendió la indignación de la sociedad española. Marchas en Madrid y
Barcelona contra la política migratoria.
El crimen de al menos 23 inmigrantes por
parte de la Policia marroquí durante su intento de ingresar en el enclave
español de Melilla el viernes encendió la indignación de la sociedad española
que salió a la calle este domingo a denunciar las políticas migratorias
racistas y xenófobas de ambos países.
Una de
las tantas concentraciones se produjo en la plaza Idrissa Diallo de Barcelona,
convocadas por distintas organizaciones no gubernamentales defensoras de los
derechos humanos, con el objetivo de elevar la voz para dar cuenta de lo que
consideran "no son muertes, sino asesinatos" los ocurridos en los
pasos fronterizos de Ceuta y Melilla. Según dio cuenta el medio español La
Vanguardia, durante las protestas de la capital catalana se elevaron consignas
con lemas como "Papeles para todos y todas", "Castigo a los
asesinos de Inmigrantes", "Las vidas negras importan",
"Ninguna persona es ilegal", "Marruecos y España: gendarmes
asesinos de la Europa fortaleza" y "Regularización ya".
El lugar
elegido para la protesta no es casual. La plaza lleva el nombre de un
inmigrante de Guinea que en 2012 fue detenido luego de saltar la valla en
Melilla e ingresar a España. Su historia es recordada porque luego de ser
arrestado, debió ser trasladado a un hospital donde murió producto de una
insuficiencia respiratoria.
En Madrid, la
capital española, los manifestantes también denunciaron la “masacre” ocurrida
en la frontera entre España y Marruecos y exigieron al gobierno de Pedro
Sánchez que “respete” los derechos humanos de las personas migrantes, bajo
consignas como "Todas las vidas importan" y "Ningún ser humano
es ilegal".
La mayoría de los nuevos
migrantes que llegan a Marruecos proceden de Sudán, en particular de Darfur,
donde un nuevo brote de violencia causó recientemente cientos de muertos y
50.000 desplazados.
A pesar de
los intentos de alejarlos de la región de Nador, siguen decididos a volver a
entrar en la UE arriesgando su vida.
"Estamos
hablando de personas que esperan aquí de dos a tres años. Marruecos no puede
cerrar completamente sus fronteras para desempeñar el papel de gendarme de
Europa, esta política conducirá a más violencia", advierte Naji.
La policía
marroquí anunció que el domingo por la mañana había fracasado un plan para
asaltar la valla metálica entre la provincia de Tetuán (norte de Marruecos) y
el enclave de Ceuta.
Según la
Dirección General de Seguridad Nacional (DGSN), se detuvo a 59 candidatos a la
inmigración clandestina.
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