Pintor francés, figura
clave del movimiento impresionista. Sus inclinaciones artísticas nacieron del
contacto con Eugène Boudin en Le Havre, y las excursiones al campo y la playa
durante su adolescencia orientaron el posterior desarrollo de su pintura.
Después
del servicio militar en Argelia, regresó a París, donde en el estudio de Gleyre
conoció a jóvenes artistas como Renoir, Sisley y
Bazille, y en el popular café Guerbois contactó con un grupo de intelectuales,
literatos y pintores como Émile
Zola, Nadar, Cézanne y Degas,
que junto con Manet comenzaban
a oponerse al arte establecido.
La pintura rápida como las pochades o études era,
en aquella época, del agrado de la sociedad siempre que ésta se circunscribiera
al tema del paisaje en pequeño formato. La temprana obra de Monet, La costa de Sainte-Adresse (1864,
Institute of Arts, Minneapolis), recuerda a su iniciador, Boudin, pero adquiere
mayor alcance al aplicar la pintura directa a temas y formatos de mayor
complejidad y tamaño.
Similar innovación puede
apreciarse en Mujeres
en el jardín (1866, Museo de Orsay, París), obra rechazada en el Salón
de 1867, en la que tres mujeres se divierten en el campo bajo un sol tan
intenso que sus vestidos alcanzan el blanco en estado de gran pureza, con
escasas modulaciones intermedias y marcadas escisiones entre las zonas de luz y
sombra. La instantaneidad de la escena se pone de manifiesto tanto por la
precisión luminosa del momento como por el dinamismo de las figuras,
correteando y girando caprichosamente alrededor de un árbol.
Con
esta ambiciosa obra, Monet se aleja del tratamiento tradicional que hasta
entonces se dio al retrato -el retrato de su primera mujer, Camile, había sido
ensalzado por Zola en el Salón de 1866- y se inclina por la integración de las figuras en la
naturaleza.
Cézanne aludió a la capacidad del artista para captar objetiva e inmediatamente la realidad. Sin embargo, su proceso creativo iba más allá de la observación directa de la naturaleza, y empleaba la memoria visual como recurso imprescindible para el acabado de sus composiciones.
Las imágenes que se forman en la memoria son percepciones,
igual que las determinadas por la visualización de las cosas, y entre ambas
puede surgir, como ocurrió en la pintura de Monet, una nueva concepción de la
imagen pictórica de la realidad. En sus últimas composiciones de lirios de
agua, la forma está prácticamente disuelta en manchas de color, lo que, de
algún modo, resulta una anticipación de lo que sería más tarde el arte
abstracto.
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