SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



lunes, 1 de mayo de 2023

ARGENTINA: Hoy conoceremos el extraordinario PICHICIEGO, un armadillo peludo y rosado.

 

Es pequeño, peludo... Y rosado. No es un animal fantástico, ni el protagonista de un cuento de hadas, pero podría serlo.

El notable armadillo hada rosa (Chlamyphorus truncatus), también conocido como pichiciego, mide poco más de 10cm, pasa casi toda su vida excavando bajo tierra y un caparazón rosado cubre su suave pelo blanco.



El más chiquito de los armadillos se alimenta de invertebrados y plantas, y se deja ver en la superficie en muy raras ocasiones. Y además, es muy suceptible al estrés y no tolera muy bien los encuentros con humanos.

 

"Si bien se les dice 'pichiciego', no son realmente ciegos; pueden distinguir claridad de oscuridad. 'Pichi' quiere decir 'chiquito' en el idioma mapuche, y sospecho que se le agregó 'ciego' a este nombre para distinguirlo del piche (Zaedyus pichiy), una especie de armadillo de 1kg que vive en la misma zona", explica la especialista.




 

Superina es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en la provincia de Mendoza, Argentina, la región del pichiciego.

Por eso, las autoridades acuden a ella cuando encuentran un pichiciego perdido.

"Han empezado a informarme y a traerme pichiciegos, primero alguno muerto y después uno vivo para ver si lo podía rehabilitar y reinsertar a su hábitat natural, y así empecé a conocerlos", cuenta Superina a BBC Mundo.



Según la experiencia de la investigadora, el pequeño excavador sólo se asoma si se topa, tal vez, con el sustrato más duro de una carretera. Es en esas ocasiones que alguien puede avistarlo.

Por lo demás, sólo sale de noche, y al ser tan pequeño, es muy difícil de ver.

"Lo que ocurre es que a veces la gente lo encuentra, por ejemplo, en alguna ruta y se lo lleva para ver si lo pueden mantener de mascota, o se lo entrega a las autoridades para preguntar qué es", dice la experta, algo que constituye una equivocación dada la delicada naturaleza de este animalito.



Lo mejor, parece, es dejar que el pichiciego siga su camino.

Sin embargo, se lamenta Superina, nunca ha podido ver ninguno en el campo.

Y al ser tan esquivo, algunos temen que esté al borde de la extinción.



"En realidad no sabemos cuántos hay, es un error común que todos dicen que es una especie amenazada, y yo soy presidente del grupo de especialistas en armadillos, perezosos y osos hormigueros de la Unión Iternacional para la Conservación de la Naturaleza y no tenemos suficientes datos como para decir si está amenazado o no, simplemente porque no hay información del campo", aclara Superina.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario