Se
construyó a mediados de 1900 en el corazón de una estancia que tenía 4.000
hectáreas y, desde 1969, es la sede de la Asociación Argentina de Polo.
A pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en las
cercanías de Pilar,
hay un fabuloso castillo llamado Pando
Carabassa que se construyó con todos los lujos del siglo
XX y permanece en pie desde hace 123
años.
La mansión se diseñó bajo las órdenes de
su propietario original, José de
Carabassa, que deseaba construir una vivienda para que pueda
vivir su hija y, años después, sus nietos.
Y, aunque permaneció en la familia
durante largos años, el castillo Pando Carabassa fue adquirido por la Asociación Argentina de Polo en 1969 y,
desde entonces, es su sede principal.
El castillo Pando Carabassa
se diseñó en el centro de una estancia de 4.000 hectáreas llamada “El Recreo”, adquirida por José de Carabassa y su esposa, Felisa
Ocampo en 1860.
La pareja vivía a pocos kilómetros del lugar en una vivienda llamada “Casa
Grande”, construida en 1820. Es por eso que, 40 años
después, decidieron ampliar sus propiedades con la adquisición de este enorme
terreno.
Y, cuando su hija Adela anunció que tenía planes de casarse con Miguel
Pando, los Carabassa decidieron construir “el Chalet”,
reconocido bajo el nombre de castillo Pando Carabassa y que:
·
Se diseñó con materiales trasladados
exclusivamente desde Bélgica y Alemania.
·
Resalta con un estilo victoriano.
·
Luce una torre hexagonal, que
se construyó para obtener vistas panorámicas al río Luján.
·
Está rodeado por una gran arboleda de 150 años,
compuesta por palmeras, alcanfores, araucarias y eucaliptos, que habría llegado
al país por Domingo Faustino Sarmiento.
En fin. Luego de la inauguración de la mansión, Adela y Miguel se mudaron y
allí criaron a seis hijos, que nacieron entre 1905 y 1915.
¿Cómo se adaptó
el castillo Pando Carabassa a la Asociación Argentina de Polo?
Luego de cumplir su faceta como
residencia y coto de caza, el castillo Pando Carabassa permaneció en pie para
ser identificado como cabaña de
toros, tambo y hasta un lugar de crías de ovejas.
Finalmente, el chalet quedó en manos de
la Asociación Argentina de Polo en 1969 y,
aunque se sometió a modificaciones en su estructura, mantuvo su fachada hasta
la actualidad.
Además, la Asociación también niveló el
terreno de la antigua estancia y es por eso que hoy en día allí funcionan ocho canchas de polo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario