El 7 de mayo de 2013, CNH comenzó a fabricar tractores y cosechadoras en
Córdoba. En el marco de la celebración de estos 10 años, la empresa mostró cómo
es la “cocina” de esta planta que tiene características únicas a nivel mundial.
Hay un dato que sirve como parámetro para entender
la complejidad de fabricar máquinas
agrícolas: una cosechadora lleva
alrededor de 6.000 partes diferentes,
muchas de las cuales se repiten, una cifra superior a las 4.000 partes que
componen un automóvil.
De allí que el proceso de producción en algunos puntos
es casi artesanal y lleva horas de trabajo meticuloso para elaborar un equipo que luego será
clave para una de las labores más importantes del mundo: la generación de
alimentos.
En barrio Ferreyra de la ciudad de Córdoba, el 7 de mayo de 2013
comenzó a funcionar la planta que decidió abrir CNH Industrial, la empresa que engloba las marcas Case IH y New Holland, para producir tractores y cosechadoras a nivel local.
Una década después, la empresa abrió las puertas de su
fábrica a la prensa, en una visita de la que participó Infocampo y que permitió observar cara a cara cómo es la “cocina” de una de las usinas de maquinaria más grandes del
país.
LA PLANTA DE CNH, EN DETALLE:
Uno de los aspectos que sorprende desde el inicio es el alto grado de tecnologización
que posee esta industria.
Por ejemplo, cada pieza que se utiliza en el proceso
productivo es evaluada inicialmente en una “sala meteorológica”, donde con la ayuda de un robot con un láser y una
computadora de vanguardia, se garantiza la calidad dimensional de la referida
pieza.
Los operarios cargan los parámetros matemáticos y el sistema, con la ayuda del
láser, va controlando que cumplan con lo que fue solicitado al proveedor.
La tecnología de avanzada se observa también en el robot de soldadura que
utilizan para armar los embocadores de las cosechadoras, y en la planta de pintura, que según el CEO de CNH
Industrial en Argentina, Marcus Cheistwer, es única en Argentina.
“Hay muchas plantas que tienen cabinas de pintura, pero no que pinten de manera
continua como esta”, mencionó el ejecutivo.
Entre otros aspectos, las piezas se pintan con
“nanotecnología”: la pintura es un fosfato ecológico que no tiene níquel ni zinc, dos minerales peligrosos para la salud humana.
Y lo que más sorprende es un túnel subterráneo de 30
metros que lleva los chasis desde la zona de armado hasta la zona de pintura, para que los mismos, en un plazo de una hora y media,
retornen a la zona de armado una vez que ya están completamente pintados.
Cuando ya se les colocaron los paneles, el motor,
la electricidad, la cabina y las cubiertas, quedan listos para el testeo: el 100% de los tractores son
evaluados en una pista de rolos, mientras que las cosechadoras pasan por una
cabina en el que los operarios
utilizan realidad aumentada para evaluar que cada pieza y sistema de la máquina
funcione como corresponde.
Según Cheistwer, todas estas características convierten
a esta planta en
la más completa de CNH a nivel mundial.
LOS NÚMEROS DE LA FÁBRICA
CORDOBESA
Actualmente, la fábrica ensambla 13 tractores y dos
cosechadoras por día; entre ambos equipos,
significaN unos 4.000 al año.
Alrededor de 200 operarios, sobre un total de 500 empleados que tiene CNH Industrial en el país, trabajan en
un turno de 6 a 15. Con un dato sobresaliente: el 25% son mujeres.
La inversión inicial para montar la planta que realizó
la firma en 2013 fue de U$S 120 millones, a lo que se sumaron luego
diversas capitalizaciones en infraestructura y tecnológicas por otros U$S 250
millones.
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