Fuente, INTA
Marcos Juárez: Lluvias excepcionales, buena recarga hídrica y mejoras genéticas
impulsan una campaña sin precedentes en los ensayos de trigo coordinados por el
INTA Marcos Juárez y el INASE. Advierten sobre la necesidad de cuidar la
sanidad y la calidad del grano.
La campaña triguera 2024/2025 se perfila como una de las más productivas
de las últimas décadas en el centro del país. Los ensayos que lleva adelante el INTA Marcos Juárez, en articulación con el Instituto Nacional de Semillas (INASE) y las principales empresas semilleras, muestran rendimientos que podrían duplicar los promedios históricos.
"El año arrancó con una
excelente recarga del perfil de suelo y las lluvias acompañaron durante todo el
invierno", destacó Dionisio Gómez, profesional del INTA Marcos
Juárez y responsable de la Red de Ensayos Comparativos de Variedades de
Trigo. En julio se registraron 70 milímetros de lluvia y
en agosto 170 milímetros, cifras inusuales para la región. "En
mis 20 años en el INTA nunca vi una campaña con este nivel de desarrollo y sanidad
en trigo", afirmó.
En la zona núcleo, los rendimientos habituales se ubican
entre 4.000 y 5.000 kilos por hectárea, pero este año incluso en
áreas más marginales, como el oeste de Bell Ville, los cultivos muestran un
comportamiento excepcional. "Donde normalmente se logran 2.000 kilos por
hectárea, hoy podrían alcanzar valores similares a los de las zonas más
productivas", señaló Gómez.
Por su parte, Julio Pietrantonio, coordinador de la
red de ensayos de las agencias de extensión del INTA Marcos Juárez, coincidió
en que se trata de una campaña atípica. "Julio y agosto tuvieron
precipitaciones récord. Como gran parte del rendimiento del trigo se define con
la humedad inicial, las expectativas son muy buenas. Venimos con perfiles
llenos y una expresión del cultivo que no se veía hace mucho", apuntó.
Genética, sanidad y monitoreo
Ambos técnicos destacaron que el excelente desempeño del cultivo
no se debe solo a las lluvias, sino también a los avances genéticos.
"El mejoramiento del trigo argentino permitió aprovechar al máximo el agua
disponible, mejorando el rendimiento y la sanidad", explicó Gómez.
Si bien la alta humedad del invierno generó condiciones
favorables para el desarrollo de enfermedades, los ensayos muestran baja
incidencia de royas y manchas foliares. "Aparecieron temprano, pero no
avanzaron lo suficiente como para afectar el rendimiento. En la mayoría de los
casos no fue necesario aplicar fungicidas", detalló el especialista del
INTA.
Pietrantonio agregó que el monitoreo sanitario fue clave para
sostener la sanidad de los lotes. "Trabajamos con protocolos específicos
del área de fitopatología del INTA. Detectamos algunas royas y se realizaron
aplicaciones puntuales. Mantener las hojas sanas, sobre todo la bandera y las
dos inferiores, es esencial para asegurar el llenado de grano", explicó.
Atención a la calidad del grano
El otro aspecto que preocupa a los investigadores es la calidad
panadera. Con rindes que podrían duplicar los promedios históricos,
advierten sobre una posible disminución del contenido de proteína si
no se acompañó el ciclo con una fertilización adecuada.
"Cuando se dispara el rendimiento y falta nitrógeno, la
proteína tiende a caer. Es importante que el productor lo tenga en cuenta para
no comprometer la calidad comercial", advirtió Gómez. En el laboratorio
del INTA Marcos Juárez, los ensayos miden rendimiento y calidad panadera para
orientar las decisiones de manejo y elección de variedades.
Con una combinación de clima favorable, genética
mejorada y control sanitario eficiente, el trigo argentino enfrenta una
campaña excepcional. "El desafío ahora es sostener la calidad del grano
para consolidar una campaña que, sin dudas, quedará en la historia",
concluyó Pietrantonio.


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