SOCIEDAD Y CULTURA

Revista El Magazín de Merlo, Buenos Aires, Argentina.



jueves, 7 de noviembre de 2019

México: a pesar de operaciones militares y policiales, hasta ahora no es posible contener la violencia en el país.


Los datos oficiales confirman una creciente percepción en México: a pesar de operaciones militares y policiales, hasta ahora no es posible contener la violencia en el país.

El ejemplo más reciente ocurrió en junio, cuando según el Secretariado Nacional de Seguridad Pública (SNSP), se cometieron 2,234 homicidios dolosos.
Es la cifra más alta en la historia reciente, mayor incluso a la de los meses de 2011, el año más complicado de la guerra contra el narcotráfico que inició el expresidente Felipe Calderón.

No es todo. Los datos del SNSP muestran un aumento en el número de secuestros, extorsiones y especialmente en robo de autos.

En este rubro también se registran cantidades no vistas desde 1997, cuando empezó la medición estadística de la delincuencia.
De acuerdo con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el repunte en la inseguridad se debe a que aumentó el número de delitos comunes.

"A diferencia de 2011 estamos enfrentando un fenómeno de violencia, sí, con un componente federal, con el crimen organizado pero agudizado en gran proporción por delitos del fuero común, que suceden en el orden local". 

Pero más allá de los números, en México muchos se preguntan por qué no ha sido posible frenar la violencia, algo que fue una de las principales ofertas en la campaña del presidente Enrique Peña Nieto.
Y la respuesta, coinciden especialistas consultados por BBC Mundo, es que no funcionaron las acciones que se tomaron desde el inicio del actual gobierno, en 2012.

Mal diagnóstico:


¿Qué ha fallado? "Son varias cosas pero una es fundamental: hubo un diagnóstico equivocado sobre la naturaleza y causas de la violencia", explica a BBC Mundo el analista en seguridad Alejandro Hope.
"Se supuso de manera muy explícita que el problema de la violencia era de orden político, de gestión".
Es decir, que la colaboración de autoridades locales en el gobierno anterior –cuando empezó la guerra contra el narcotráfico- no era suficiente.
Así, el gabinete de Peña Nieto empezó por reparar esa ausencia, añade el especialista.
Se decidió "que era necesario subir a los gobernadores a los alcaldes a la mesa, y nada más con esa mejor coordinación y las capacidades existentes iba a ser posible dar mejore resultados".
En principio la estrategia parecía correcta, "pero obviaba el problema central, la capacidad de las instituciones" como policías y fuerzas armadas.

Estrategia fallida

De hecho el combate a las organizaciones criminales se realiza prácticamente con el mismo número de soldados, marinos y policías federales.
Pero al mismo tiempo no se ha logrado concretar otra parte de la estrategia: mejorar a las corporaciones estatales y de los municipios.
No se realizó por completo. Ahora es una de las explicaciones de las estadísticas criminales de junio pasado.
"Se supuso que el problema era de naturaleza política y que todo iba muy bien. Efectivamente en 2014 iba bajando la violencia".
"Pero cuando brinca la crisis no tienen con qué responder, la Policía Federal y las fuerzas armadas tienen el mismo tamaño que 2012, pero los presupuestos han disminuido".


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