La
pieza debe su popular nombre a la confusión del musicólogo Ludwig Nohl,
quien encontró el documento de la partitura y al transcribir el manuscrito
original parecía estar escrito “Elisa” pero decía "Teresa".
Balada Para Elisa es una de las obras más conocidas de todos
los tiempos. La famosa pieza para piano encierra historias acerca de lo que
inspiró a Ludwig van Beethoven a componerla hace 207 años, el 27 de abril de
1810.
Muchos historiadores y musicólogos cuestionaron la autoría de Beethoven
en Para Elisa, los que sostienen que la obra es suya
cuentan que la pieza estuvo inspirada en una joven aprendiz de piano llamada
Teresa.
En
1810, Beethoven asistió a un recital que iba a ejecutar aquella niña
llamada Teresa, quién tenía fama de precoz pianista que deslumbró a todos los
presentes, hasta que llegó el momento de interpretar una obra del compositor
alemán.
Aturdida, la joven pianista se vio incapaz de interpretarla y abandonó
la sala entre lágrimas, Beethoven corrió tras ella y para calmarla prometió
componerle una sonata. Al día siguiente, la joven pianista recibió una
partitura, que al pasar de los años se convirtió en inmortal. Se titulaba “Para Teresa” (Recuerdos del 27 de abril
de 1810).
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