En Nueva York, las personas que viven en zonas con
mayor riesgo de que la policía decida dar el alto y registrar también están más
expuestas a una tecnología invasiva de reconocimiento facial; así lo revela la
nueva investigación de Amnistía Internacional y entidades asociadas.
Un nuevo análisis en el contexto de la campaña
mundial Ban The Scan (Veto al escaneo) ha demostrado que la
operación de vigilancia masiva del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD)
afecta especialmente a quienes ya sufren actuaciones selectivas de dar el alto
y registrar en los cinco barrios de la ciudad de Nueva York.
En el Bronx, Brooklyn y Queens, la investigación
también revela que cuanto más alta es la proporción de población no blanca,
mayor es la concentración de cámaras de vigilancia compatibles con tecnología
de reconocimiento facial.
Prohibir el reconocimiento facial destinado a la vigilancia masiva
sería un primer paso muy necesario para acabar con las actuaciones policiales
racistas.
“Nuestro análisis demuestra que el uso de la
tecnología de reconocimiento facial por la policía de Nueva York contribuye a
reforzar una actuación policial discriminatoria contra las comunidades
minoritarias de la ciudad”, ha manifestado Matt Mahmoudi, investigador de
Amnistía Internacional sobre Inteligencia Artificial y Derechos Humanos.
“Hace tiempo que sabemos que la práctica de dar el
alto y registrar es una táctica racista de control policial en Nueva York.
Ahora también sabemos que las comunidades que más sufren esta práctica también
están más expuestas a una actuación policial discriminatoria a través de la
vigilancia invasiva.
El impresionante alcance de la tecnología de reconocimiento facial en la ciudad deja barrios enteros expuestos a vigilancia masiva. El Departamento de Policía de Nueva York debe explicar sin demora cómo se utiliza exactamente esta tecnología invasiva.
Prohibir el reconocimiento facial destinado a la vigilancia masiva sería un primer paso muy necesario para acabar con las actuaciones policiales racistas, y el Ayuntamiento de Nueva York debe actuar de inmediato para avanzar hacia una prohibición general.”
Las conclusiones se basan en datos obtenidos mediante la colaboración colectiva de miles de voluntarios digitales como parte del proyecto Decode Surveillance NYC, que han identificado más de 25.500 cámaras de videovigilancia en toda la ciudad de Nueva York. Amnistía Internacional ha trabajado con personal experto en datos para comparar estos datos con datos estadísticos sobre actuaciones de dar el alto y registrar y con datos demográficos.
Las tecnologías de reconocimiento facial para fines de identificación son sistemas de vigilancia masiva que vulneran el derecho a la privacidad y amenazan los derechos a la libertad de reunión, a la igualdad y a no sufrir discriminación.
El Departamento de Policía de Nueva York utilizó
tecnología de reconocimiento facial en al menos 22.000 casos entre 2016 y 2019. Según reflejan los datos sobre
actuaciones de dar el alto y registrar por parte de la policía de Nueva York desde 2002, tales prácticas afectan abrumadoramente a las
comunidades negra y latina.
El año pasado, Amnistía Internacional demandó al Departamento de Policía de Nueva York por negarse a revelar registros públicos
relativos a la adquisición de tecnología de reconocimiento facial y otros
instrumentos de vigilancia. El caso sigue abierto.
Nuevo sitio web interactivo con
información detallada sobre la exposición a la tecnología de reconocimiento
facial
La investigación marca la última fase de la campaña Ban The Scan (Veto al
escaneo), tras las investigaciones sobre vigilancia realizadas en Nueva Yorky enHyderabad (India) el
año pasado. Amnistía Internacional pide la prohibición total del uso,
desarrollo, producción, venta y exportación de tecnologías de reconocimiento
facial con fines de vigilancia masiva tanto por el Estado como por el sector
privado.
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