Tras dos años sin realizarse, regresa a La Rural la
mayor cita cultural, caja de resonancia de lo que pasa en el país; de las visitas
internacionales al firmódromo, un anticipo de las próximas tres semanas.
“Hay
mucha expectativa y se respira el entusiasmo en los pasillos”, dijo a LA NACION
Ana María Cabanellas, directora editorial del Grupo Claridad en La Rural, donde
está todo listo para dar inicio al evento cultural más importante de la
Argentina. Como un mantra en boca de los editores, “expectativa y entusiasmo”
parece ser la consigna que tendrá, dos años después de lo previsto, la
postergada 46ª edición de la Feria Internacional del
Libro de Buenos Aires (FIL) que comienza este jueves y se
extenderá hasta el 16 de mayo. Organizada por la
Fundación El Libro (FEL), la Feria no se rindió y, templanza y vacunas mediante, regresa a La Rural, donde los lectores encontrarán catálogos de más de
cuatrocientos expositores. La vuelta de la presencialidad es motivo de regocijo
para los editores, que entre empanadas y copas brindarán -antes de que ingrese
el público- a la salud de la FIL porteña, aun en un contexto de
alta inflación y aumento (que califican como “desmedido”) de insumos cruciales
como el papel.
Hasta
último momento el Covid metió la cola: el principal invitado internacional, el
escritor hispanoperuano Mario Vargas Llosa, se contagió la semana pasada pero, para alegría de todos, la salud del premio Nobel de Literatura
2010 evolucionó satisfactoriamente y ya confirmó su viaje a Buenos Aires; en la FIL protagonizará dos actos y en uno de ellos se
harán anuncios vinculados con la cultura local.
Será
también la primera vez en la que los visitantes deberán usar barbijo en espacios cerrados, aunque al parecer se impondrá el uso
optativo. Como novedad (y no editorial), habrá un equipamiento de bioseguridad
con purificadores de aire, unidades germicidas inteligentes y escáneres de
temperatura corporal. Y para evitar aglomeraciones en pasillos y stands, se implementará un “firmódromo”
en el Pabellón 8, adonde habrá que dirigirse para conseguir
las firmas (y fotos) de los autores favoritos.
Se
puede afirmar que a la FIL no irá el que no quiere (o el que vive lejos de la
ciudad de Buenos Aires). Todos los días, menores de 12 años y docentes pueden
ingresar gratis, y de lunes a viernes, estudiantes, jubilados, pensionados y
beneficiarios de los programas Pase Cultural y Más Cultura. En librerías (y en
programas de radio, medios digitales y sedes de editoriales) se distribuyen y
sortean entradas sin cargo. El próximo sábado 30 de abril, Noche de la Feria,
hay ingreso libre desde las
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