Hace unos días Toronto
apareció inundada de libros, para la ocasión de la Noche Blanca,
un festival de arte que tiene lugar durante la noche en la ciudad
canadiense. El centro de la ciudad se convirtió en un río formado
por 10 000 libros. El nombre del proyecto es Literature vs
Traffic realizado por el colectivo español Luzinterruptus,
artistas anónimos especialistas en instalaciones culturales en el espacio
urbano, 12 días de trabajo fueron necesarios para la instalación junto con 50 voluntarios.
Los libros han sido donados
por libreros, a los que han añadido unas luces led, creando una imagen
bellísima, un espectáculo visual para los amantes de los libros. Este
colectivo dice: “Reproducir este proyecto tenía para nosotros un sentido
especial. Queremos que la literatura se apodere de las calles y conquiste
los espacios públicos, ofreciendo libremente a los transeúntes un lugar sin
circulación, donde durante unas horas puedas sucumbir al
poder de la palabra escrita.”
Gracias a este colectivo
la ciudad se iluminó de cultura, y es que los libros tomaron el poder de las
calles, para que los ciudadanos pudieran sentirse sumergidos en un río de papel
y palabras, un maravilloso espectáculo de hojas y letras iluminadas, en el que
los transeúntes podían hacerse fotos, coger un libro, leerlo y llevárselo a su
casa.
Cada vez que leo noticias
sobre el fomento de la lectura me ilusiono mucho, es concienciar a las personas
del valor que tiene un libro en esta era digital. Estamos viviendo la época de
la inmediatez y de la lectura "fast book", sumergidos todo el día en la pantalla de
nuestros teléfonos, dejando a un lado el ritual de abrir un libro, lentamente y
saborearlo con calma, disfrutando de una lectura pausada. Los libros son la luz
de un pueblo, ellos iluminan las mentes y los rostros de quien los lee.
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