El amor y sensibilidad en la
forma en que nos comportamos, entendemos y comunicamos no es un signo de
debilidad, sino de fortaleza. Esta afirmación es contraria a lo que mucha gente
parece pensar, personas que piensan que los sentimientos nos hacen vulnerables.
Las emociones, los
sentimientos y las sensaciones han sido abusados a
lo largo de nuestra historia muchas veces, por lo que la sociedad actual nos
enseña que sentirlos nos hace menos efectivos, menos poderosos y menos capaces
a la hora de tomar decisiones, para avanzar en la vida.
Afortunadamente, este
razonamiento está empezando a cambiar y estamos dando más importancia a nuestro
lado emocional y a nuestra capacidad de revelar nuestra sensibilidad cuando nos
comunicamos y nos vinculamos con quienes nos rodean.
La comunicación sensible
requiere franqueza. Lo que ocurre es que cuando somos honestos o decimos lo que
pensamos, podemos herir a los demás. Entonces debes saber cómo ser honesto,
mientras sabes cómo expresarte de una manera que pueda causar el menor sufrimiento
posible.
¿Cuál es la clave de la
comunicación sensible? Exprese un sentimiento y no un juicio. Juzgar a los
demás implica destruir todo tipo de sensibilidad y apertura en la comunicación.
En otras palabras, en lugar de decirle a alguien que es un mentiroso, primero
debemos preguntar qué significa esto antes de compartir este juicio de valor.
Por lo tanto, en lugar de
juzgar y reprender, debemos hablar de los sentimientos que el comportamiento de
esta persona provoca en nosotros. Dicho de otro modo : "Me vuelve loco
cuando haces esto, ” me enoja mucho" Siempre siendo muy concretos y
centrándonos en lo que nos hace sentir así.
Muchas personas se
comunican a través de juicios, por temor a ser sensibles, porque piensan que
revelar sus sentimientos es un signo de vulnerabilidad. Sin embargo, como
dijimos anteriormente, no hay nada más equivocado. Porque aunque los juicios y
las opiniones son puramente conjeturales, no hay especulaciones sobre los
sentimientos.
Cuando se trata de
fomentar la sensibilidad en nuestras relaciones más íntimas, lentamente estamos
introduciendo vulnerabilidad. Suponemos que nadie se beneficiará y usamos
nuestros sentimientos para promover una comunicación efectiva.
Sin embargo, en relaciones
menos o menos sólidas, tendemos a adoptar juicio y frialdad como si se tratara
de una victoria, en lugar de vulnerabilidad. Creemos que de esta manera nos
vemos mejor y la insensibilidad nos hace más objetivos.
En consecuencia, no nos
comunicamos clara y honestamente, pero caemos en la tentación de todo lo que es
fácil y rápido temiendo que descubramos esa parte de nosotros que creemos que
es inferior, pero que, por el contrario, nos fortalece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario