Este
domingo, en sus palabras previas al rezo del Ángelus, el Papa Francisco hizo
una breve pausa para llamar la atención a los cristianos que caen en prácticas
supersticiosas como la lectura de cartas o los horóscopos.
Ante
unos 15.000 fieles, el Pontífice estaba reflexionando sobre la misión profética
que todos los cristianos reciben en el Bautismo.
“Pero,
¿quién es el profeta? —preguntó el Santo Padre—. Hay quien lo imagina como una
especie de mago que predice el futuro; pero esta es una idea supersticiosa y el
cristiano no cree en las supersticiones, como la magia, las cartas, los
horóscopos o cosas similares”.
Entre paréntesis: muchos, muchos
cristianos van a que les lean las manos… ¡Por favor!”, exclamó el Papa
Francisco.
Luego, el Pontífice retomó su reflexión y recordó que
“profeta, hermanos y hermanas, es cada uno de nosotros”, y que, “en virtud del
Bautismo, ayuda a los demás a leer el presente bajo la acción del Espíritu
Santo” para comprender los proyectos de Dios y corresponderlos.
En ese sentido, el Papa Francisco afirmó que “el profeta
es aquel que muestra a los demás a Jesús”, da testimonio y ayuda a construir el
mañana según sus planes. “Por lo tanto, todos somos profetas, testigos de
Jesús”, señaló.
En la Audiencia General
de este miércoles, el Papa Francisco advirtió el peligro de que todo sea
vanidad en la vida y el dejarse llevar por las noticias falsas (fake
news), las supersticiones colectivas y las verdades
pseudo-científicas que conducen a una “sociedad del cansancio”.
“No
es casualidad que la nuestra sea la época de las fake
news,
de las supersticiones colectivas y las verdades pseudo-científicas. Es
curioso en esta cultura del saber, del conocer todas las cosas y también de la
precisión del saber, se difundan tantas brujerías… que conducen a una vida de
supersticiones”, indicó el Santo Padre.
La
Audiencia General de este miércoles se llevó a cabo en la Plaza San Pedro del
Vaticano.
Al comienzo, el Santo Padre recorrió en el papamóvil los
pasillos de la plaza vaticana para saludar y bendecir a los numerosos fieles
presentes de diferentes partes del mundo y fue acompañado en el vehículo por
algunos niños.
Además,
fue la primera vez que los peregrinos públicamente vieron al Papa Francisco
usando un bastón.
El
Santo Padre continuó con su serie de catequesis sobre la vejez y reflexionó en
esta ocasión en el Libro del Eclesiastés o Cohélet “otra joya que encontramos
en la Biblia” que “deja desconcertado por su famoso estribillo: Todo
es vanidad, Todo es vanidad, Todo es vanidad, todo es niebla,
humo, vacío”, dijo el Papa.
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