Si bien los
volúmenes exportados crecieron con respecto a 2022, la baja en el precio de la
tonelada exportada impactó de lleno en los ingresos fiscales. Un repaso por el
aporte realizado por los frigoríficos en retenciones en los últimos 15 años.
La caída en los precios internacionales de la carne
vacuna tuvo un impacto directo en las arcas
fiscales.
De acuerdo a un informe elaborado por Juan Manuel Garzón y Franco Artusso, del Ieral de
la Fundación Mediterránea, el aporte
de este complejo exportador en retenciones fue de U$S 243 millones, unos U$S 72 millones menos en la comparativa
interanual.
El dato toma relevancia en
medio de la polémica en que estuvieron encerrados los derechos de exportación,
ante la intención del Gobierno de subirlos, algo
que finalmente por ahora se descartó.
La
cadena de la carne bovina viene tributando una alícuota del 9% e iba a pasar a abonar 15%.
LAS RETENCIONES A LA CARNE
Para los autores del trabajo, el bajón del último
año tiene relación con la caída en los precios
internacionales, porque los volúmenes exportados durante 2023
fueron más elevados y no hubo cambios en las alícuotas de las retenciones.
“Las mayores contribuciones
del complejo a la recaudación de los derechos de exportación se habrían
alcanzado en los años 2009 y 2022, con USD 318 y 315 millones, respectivamente”,
calcularon.
De esta manera, en los últimos 15 años el cálculo
de Garzón y Artusso da que los frigoríficos llenaron las arcas de la AFIP con
casi U$S 3.000 millones (U$S 2.972 millones), a un promedio de U$S 230 millones
por año (teniendo en cuenta que, en rigor, en 2016 y 2017 las retenciones se
habían quitado).
EXPORTACIONES EN BAJA
El año pasado, el crecimiento en los volúmenes
despachados no logró compensar la caída de los precios internacionales. China pagó menos y el impacto
en los ingresos de los frigoríficos exportadores fue notorio.
En este contexto, desde el Ieral calcularon que el
promedio de las exportaciones de carne vacuna fue de U$S 3.712 por tonelada, un 30% de los valores
alcanzados en 2022.
“Se trata de uno de los valores más bajos de los
últimos 20 años, el precio medio del 2023 fue un 35% inferior a la media
histórica”, advirtieron.
PERSPECTIVAS PARA 2024
Con respecto al escenario para las exportaciones
de este año, Garzón y Artusso consideraron que
estarán condicionadas por la dinámica del mercado externo, lo que suceda con el
ciclo ganadero y el consumo interno.
“En lo que hace al mercado global, las importaciones de China se mantendrían
relativamente estabilizadas, respecto a los últimos dos años y en torno a los
2,7 millones de toneladas”, agregaron.
Un dato a tener en cuenta es que el consumo global del gigante asiático en
todas las carnes es elevado para su nivel de ingresos y se
acerca al nivel de los países desarrollados.
Al analizar la oferta global, todo parece indicar
que el mercado estará bien abastecido por los exportadores de los grandes
jugadores, entre los cuales se destaca Brasil y Australia. En un segundo escalón se
ubican la India y
Estados Unidos y en un quinto lugar Argentina -con también un probable buen
aporte este año- Argentina.
“Con este panorama, es probalble que los precios globales se mantengan bajo bastante control“,
concluyeron.
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