Este
ha sido el segundo año en el que la start-up holandesa Travis visitaba el
Mobile World Congress. En 2017 anunciaron Travis Translator, un ambicioso
proyecto que prometía acabar con las barreras del idioma mediante un dispositivo capaz de traducir de forma
instantánea. La pega es que por aquel entonces sólo era un
prototipo.
Este año, la start-up regresó a
Barcelona para mostrarnos el producto final, su nombre es Travis Translator y
es capaz de traducir hasta 80
idiomas, que se dice pronto. Aprovechando nuestra visita a
la feria, pasamos por su stand y estuvimos probando este curioso dispositivo.
¿De verdad funciona? Os lo contamos en nuestras primeras impresiones.
Si no supiéramos para qué es, a
simple vista Travis parece una especie de mini mando a distancia. Su estética
se aleja mucho de la de los móviles actuales, principalmente porque la pantalla
está presente de forma casi anecdótica y además no es táctil. El panel es
circular y se coloca en la parte superior, mientras que el resto del frontal
está ocupado por los controles, que en este caso sí son táctiles.
El
diseño de Travis se aleja mucho de los dispositivos móviles actuales: la
pantalla está presente de forma casi anecdótica y no es táctil, el manejo se
realiza mediante botones capacitivos.
Los controles para poder movernos por
los menús se componen de cuatro
flechas direccionales y un botón central. Además, en el lateral
hay un botón de encendido y también tenemos los puertos MicroUSB de carga y
minijack para auriculares en la parte inferior. Si nos vamos a la trasera nos
encontramos con una ranura para insertar una tarjeta SIM.
Aunque el diseño no es precisamente
llamativo o innovador, Travis es muy compacto y ligero, dos características imprescindibles
en un dispositivo portátil que quiere hacerse un hueco en nuestro bolsillo.
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