El acto de que nos abracen es algo que todos
recordamos desde bien pequeñitos. Lo primero, primerísimo que una mamá y un
papá hacen con un bebé cuando llega al mundo es precisamente eso, abrazarle.
Y
después abrazamos y nos abrazan todo el rato: abrazar para calmar el dolor y el
llanto, abrazar para demostrar amor, abrazar para reconfortar ante un fracaso o
una pérdida, abrazar para acoger la pena y la tristeza, abrazar cuando llega
una despedida, abrazar para agradecer y dar la enhorabuena ante un logro conseguido…
El abrazo está tan presente en nuestro día a día que muchísimas veces no somos
conscientes de ello y nos acostumbramos a él de tal forma que llega a perder su
significado, convirtiéndose en un acto mecanizado y automático.
Los BENEFICIOS de un ABRAZO:
- El afecto es una de
las necesidades básicas del ser humano, al igual que lo son las
necesidades de alimentación o de descanso,
por ejemplo. Y el abrazo es una de las vías por las que el afecto llega a
nosotros.
- Suma confianza y seguridad. El ser humano llega a este mundo virgen
de odio, limpio de egoísmo, pero también inexperto,
inseguro, indefenso, frágil y el contacto y los abrazaos nos aportan esa
seguridad y confianza tan necesaria para ir desarrollándonos poquito a
poco y para el correcto funcionamiento emocional.
- Mejora nuestra Autoestima y nos anima. ¿Qué pasa cuando tienes un día algo bajo
de ánimo y te llega un abrazo inesperado? Pues que tu estado de ánimo se
eleva y la persona se siente automáticamente algo mejor. Si no te lo
crees, empieza a practicarlo.
- Genera placer. De la misma manera que al comer chocolate nuestro cerebro
segrega hormonas relacionadas con el placer, en concreto dopamina y
serotonina, cuando nos abrazan o abrazamos ocurre exactamente lo mismo.
- Disminuye el
estrés. La hormonas que
he citado en el apartado anterior ejercen otra función en conjunto, la de
reducir los niveles de estrés generando sosiego, así que, otro de los
beneficios del abrazo es precisamente ese, la disminución del estrés.
- Reduce la tensión arterial. Se ha comprobado que las personas que tienen
más contacto físico y reciben abrazas de forma habitual, tienen una presión
arterial más baja que las personas que no reciben esos
abrazos forma habitual.
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