El cáñamo y la marihuana son dos variedades de la misma planta: Cannabis sativa. ¡Solo aumenta la confusión que la marihuana también se llama cannabis! El cáñamo y el cannabis se distinguen más notablemente por su estatus legal, basado en el hecho de que uno es psicoactivo (la cannabis) y el otro (el cáñamo) no.
La base de esta diferencia es la composición
fitoquímica de las plantas, es decir, las diferencias en las
cantidades de compuestos llamados cannabinoides. Los cannabinoides son
exclusivos de la especie de planta Cannabis sativa y ayudan a las plantas
durante el crecimiento protegiéndolas de las bacterias, los hongos y los rayos
UV.
Hay
más de cien cannabinoides, pero los dos más abundantes y conocidos son el CBD y
el THC.
El
THC es responsable de la sensación de “euforia” y es el cannabinoide
predominante dentro de la cannabis (marihuana). El CBD, por otro lado, no es
psicoactivo y es el cannabinoide predominante dentro del cáñamo. Parte de la confusión
es que, dado que el cáñamo y el cannabis son técnicamente la misma planta,
ambos producen THC y CBD, pero la cantidad de cada uno es lo que diferencia al
cáñamo de la marihuana.
Para crear una distinción definida y legalizar el cáñamo debido a sus muchas aplicaciones y la falta de psicoactividad, se aprobó la Ley Agrícola 2018. Esto hizo que el cáñamo, y todas sus partes, fueran legales a nivel federal en los Estados Unidos.
Esto ha
abierto las puertas para que los científicos investiguen los posibles
beneficios para la salud del cáñamo. La Ley Agrícola definió que el cáñamo
tiene menos de 0.3 por ciento de THC. A modo de comparación, la cannabis suele
tener entre un 10 y un 20 por ciento de THC, que es aproximadamente entre 30 y
60 veces más que el cáñamo. Dado que el cáñamo tiene tan poco THC, no imparte
los efectos psicoactivos que tiene la cannabis.
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