El
cáñamo se ha usado generalmente para la fabricación de aceite de cáñamo, CBD,
papel, cuerdas, ropa, etc… en todo el mundo.
El planeta necesita capturar y secuestrar carbono de la
atmósfera lo más rápido posible. Se investiga en muchos frentes, pero hay una
solución sostenible y 100% natural que no se tiene muy en cuenta: el cáñamo.
Para ponernos en contexto,
una hectárea de árboles absorbe 10 toneladas de CO2 al año,
Por otra parte, y no menos
importante, los árboles necesitan un periodo de tiempo mucho más amplio para
alcanzar su edad ideal de absorción de CO2, que es lo ideal para mantener los hábitats y los
ecosistemas.
Sin duda, plantar árboles
es una excelente estrategia de secuestro de carbono a largo plazo. Pero tiene
sus debilidades, los árboles alcanzan su tamaño completo en aproximadamente 10
años, en comparación el cáñamo alcanza su tamaño completo en aproximadamente
100 días.
Actualmente
hay varios proyectos para el secuestro de carbono a nivel industrial. El
carbono puede eliminarse con un método conocido como Captura Directa de Aire, pero cuesta entre
3 y 4 veces más que las soluciones naturales, como la reforestación. Una de las
razones es que se necesita mucha energía para separar el CO2. No requiere mucho terreno,
pero para capturar una tonelada de CO2 puede requerir entre 1 y 7 toneladas de agua.
Salvar
árboles usando cáñamo.
El 40% de todos los
productos derivados del papel pueden ser sustituidos por cáñamo. Esto puede
reducir drásticamente el impacto negativo del calentamiento global causado por la
deforestación. Papel de oficina de cáñamo, papel higiénico, productos de
construcción, muebles, productos conocidos como «madera de
cáñamo«.
Reducir nuestra necesidad
de cortar árboles en primer lugar es la mejor estrategia a largo plazo para la
reforestación.
Capturar carbono.
El cáñamo se puede usar
para capturar el carbono y la planta se puede usar para hacer una variedad de
productos.
Algunos afirman que el cáñamo
tiene potencial para secuestrar la mitad de las emisiones mundiales de carbono.
Para esta labor, se necesitarían unas 900 millones de hectáreas de cultivos de
cáñamo.
El cáñamo es una planta
resistente, tiene la capacidad de crecer en suelos poco fértiles, resistente a
las plagas y puede crecer en una amplia gama de zonas climáticas.
Esto requeriría una
plantación a gran escala en todo el mundo. Se podría usar el llamado bombardeo de semillas con drones: una
técnica de Reforestación Aérea, que sería ideal para plantar cáñamo en las
zonas más remotas y de forma muy rápida.
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