La recolección de los granos gruesos avanza a paso firme y
el proceso ofrece una oportunidad. Cuáles son las claves de manejo integrado,
según Aapresid, para prevenir el enmalezamiento del lote y reducir el uso de
herbicidas a futuro.
Cuando
se habla de control de malezas, pocas veces se hace referencia al momento de la
cosecha de granos.
Sin embargo,
es una etapa clave, no solo porque permite evitar la dispersión de
semillas de aquellas plantas que lograron escapar al
control químico, sino también prevenir el ingreso de
simientes provenientes de otros lotes.
En
primer término, en ese sentido, hay un paso a paso fundamental para evitar la
dispersión de malezas en cosecha:
- Monitoreo previo: para ubicar
los manchones de malezas más difíciles.
- Eliminar los
manchones: de ser posible, con algún método selectivo o
manual.
- Limpieza de la
cosechadora: previo al ingreso al lote, es clave en la prevención del
ingreso de semillas resistentes desde otras zonas, establecimientos o
lotes.
- Comenzar la cosecha
por las cabeceras: esto facilitará el control de malezas en
ese sector.
- Planificar la
cosecha: dejar los lotes más enmalezados para lo último.
- Nunca cosechar
manchones de malezas problemáticas.
Un banco con menos reservas:
Uno de los
problemas que tienen muchas especies es su tasa de reproducción. Por ejemplo, una sola planta de rama negra puede producir más de 300.000 semillas.
Por ende,
cosecharlas implica aumentar el banco
de semillas del lote, y como resultado de ello veremos que
año a año los manchones aumentarán de tamaño, dificultando aún más su control.
Además, de
esta manera se favorece la dispersión de la maleza a otros lotes, incluso
lejanos, y
ya
sea por medio de la maquinaria o de agentes naturales, como el viento.
Cosechar
granos sin sembrar malezas
En ese
sentido, la cosechadora asoma como el mayor agente de dispersión. Un ejemplo
hiptético: si antes de cosechar un lote, la máquina cosecha el lote del vecino,
hay que preocuparse, y ocuparse, por el manejo de malezas que éste realiza.
Esto es así
ya que la cosechadora es el agente dispersivo por
excelencia, especialmente en aquellas especies donde las
características de los frutos o semillas impiden su separación rápida en los
sistemas de limpieza propios de la máquina.
Esta
situación también se evidencia al cambiar de lote dentro del propio
establecimiento y sus efectos pueden observarse al año siguiente, con el
crecimiento lineal de malezas en el área donde se inició la cosecha.
Entonces:
¿Todos los esfuerzos para controlar las malezas pueden quitar tirados por la
borda? Así es, pero puede prevenirse a través de la correcta limpieza de la cosechadora.
Además, esta práctica es una medida de control
no químico, que permite eficientizar el control con herbicidas en el futuro y reducir el impacto ambiental.
Pocos
adeptos
Un problema
es que, en general, los productores no están habituados a hacer limpieza de
cosechadoras.
Según un
relevamiento realizado entre socios de Aapresid por la Red de Manejo de Plagas en la campaña 20/21, que
abarcó más de 1,2 millones de hectáreas y en el que se se consultó sobre las
alternativas de manejo no químico tradicional que se utiliza para el control de
malezas, solo un 7,2% dijo que realiza limpieza de
cosechadoras.
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