Con motivo del 20 de
septiembre, Día del Jubilado, el INADI reafirma su compromiso de trabajar
contra las valoraciones negativas contra los adultos mayores y sostiene que la
edad no es un factor determinante que justifique la pérdida de capacidad y
potencialidades.
El
Día del Jubilado surgió a principios del siglo XX. Fue un 20 de septiembre de
1904, hace 117 años atrás, cuando se sancionó la Ley 4.349, conocida como la
primera ley de jubilación, durante la presidencia de Julio Argentino Roca.
Aquella
normativa establecía un beneficio previsional para los empleados públicos del
Estado nacional y así se dispuso la creación de la Caja Nacional de
Jubilaciones y Pensiones, que se constituyó como el primer instrumento que
otorgó un ingreso a los trabajadores retirados de sus trabajos por edad
avanzada.
En
nuestra sociedad, donde se tiende a valorar a las personas por su vinculación
con la capacidad de producir o de acumular riqueza material, se pretende
instalar el paradigma de emular a la juventud, sana, fuerte y productiva. En
sentido inverso, se ha cargado de signos negativos a la ancianidad, asociándola
a la enfermedad yla incapacidad y en igual sentido a las personas jubiladas a
quienes se las menciona como pasivas y retiradas, no solo de la actividad
productiva, sino de la vida en general.
Debemos
tener en cuenta que, hoy en día para poder jubilarse se toman en cuenta los
años de trabajo con aportes y la edad de la persona. En general, las mujeres
deben tener 60 años y 65 los hombres y haber aportado durante 30 años. Sin
embargo, esto puede variar según la actividad y las características del
trabajador.
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